En su cuenta de Twitter, el dirigente nacional del PRI, Alejandro “Alito” Moreno, escribió el lunes por la noche: “Con 458 votos a favor y 0 en contra, se aprueban las diversas disposiciones para adecuar nuestro marco normativo para armonizarlos con el marco jurídico electoral y para el fortalecimiento de la organización de nuestro partido. ¡El PRI se fortalece ante los grandes retos!”.

Ayer por la noche, en la misma red social, el Comité Directivo Estatal del PRI anunció: “Durante la tercera sesión extraordinaria del Consejo Político Estatal, que se llevó a cabo en formato híbrido, las y los priistas de Jalisco votamos a favor del fortalecimiento de nuestro partido”.

Así la opacidad en el otrora partidazo para hacer público lo que realmente sometieron a votación y que generó la protesta, queja y crítica de no pocos consejeros que no sólo no están de acuerdo con lo ahí aprobado sino que se han opuesto a la continuación de “Alito” Moreno al frente de su partido porque consideran que le ha hecho mucho daño, tras as revelaciones que durante varias semanas hizo de presuntas irregularidades e ilícitos la gobernadora morenista Layda Sansores en audios revelados semanalmente.

Ambas sesiones del Consejo Político -nacional y estatal- generaron quejas e inconformidad de consejeros a los que no se les activó el sonido para hacer uso de la palabra y manifestar su posición respecto a los temas, de ahí que haya sorprendido que en el primero no hubiese voto alguno en contra, mientras en el segundo recriminaron que no se hayan cantados los votos a favor y en contra, además de que se cuestionó la veracidad del quórum para llevar a cabo ambas reuniones.

Lo más que ha trascendido es que en ambas sesiones se aprobó aplicar la fracción VII del artículo 83 de sus estatutos que establece: “El Consejo Político Nacional tendrá las atribuciones siguientes: VII. Conocer y acordar las propuestas para concertar convenios para constituir frentes, coaliciones y distintas formas de alianza con otros partidos;…”.

Sin embargo, consejeros priistas han denunciado que Alejandro Moreno propuso, y el Consejo Político Nacional -bajo su control- aprobó, la reforma a la fracción XXXVII del mismo artículo, que originalmente decía: “Determinar la prórroga del periodo estatutario de la dirigencia nacional, en los casos en que la renovación concurra con un proceso electoral o dentro de los tres meses previo a este;…”.

La reforma aprobada por los incondicionales de “Alito” establece ahora que en lugar de “los tres meses previos a este (el proceso electoral)”, la prórroga sea ahora de “90 días hábiles” -la clave está en que serán ahora “días hábiles” y no los “tres meses” originales-, lo que ampliaría su período en la presidencia a cuatro o cinco meses más, obligando así su permanencia en la dirigencia hasta concluido el proceso electoral del 2024, con lo que él tendrá el control de definir las candidaturas en juego también como lo establecen los estatutos reformados bajo su presidencia para que el dirigente nacional tenga esa potestad.

Ayer en entrevista con Ciro Gómez Leyva, Alejandro Moreno se resistió a declarar textualmente que dejaría la presidencia el 18 de agosto del 2023 como se comprometió en junio pasado ante los ex presidentes nacionales del PRI y de acuerdo a los estatutos, pero tras varias “marometas” verbales sólo reconoció que en esa fecha se vence el período por el que fue electo, pero se negó a admitir y reconocer que en la cuestionada sesión del CPN se reformó la fracción XXXVII del artículo 83 para prorrogar su presidencia.

La gran duda que deja la permanencia de Alejandro Moreno al frente del PRI es si será para asumir el papel de una verdadera oposición al lado del PAN y PRD o para actuar “por debajo de la mesa” en favor de la 4T ante la larga historia que le tiene guardada la morenista Layda Sansores y que no lo deja bien “parado”.

El senador Miguel Ángel Osorio Chong escribió en sus redes sociales que “Alito” “sigue haciendo de las suyas”, pero bien le respondió por ahí uno de sus seguidores: “Si ya saben cómo es, para qué lo invitan”.