Foto: Especial/Archivo

En noviembre pasado, en pleno arranque de la Feria Internacional del Libro que enfrentó una manifestación de emecistas en contra del finado Raúl Padilla López, Jesús Pablo Lemus Navarro declaró a los medios: “A mi nunca me van a ver de arrastrado de nadie (…). Yo no estoy afiliado al partido (Movimiento Ciudadano), y yo voy a actuar conforme a mi conciencia. No voy a actuar por quedar bien con nadie, no voy a andar de arrastrado con nadie”.

Antes, el primer día de aquel mes, en una entrevista radiofónica “a modo” con el Grupo Imagen, Lemus Navarro declaró: “Diciéndote la pura verdad (le dijo al entrevistador): Hay personas en Movimiento Ciudadano a nivel local que probablemente no me quieren o quieran para ellos la candidatura (al gobierno del Estado)…”.

Ya encarrerado, en ese enfrentamiento que sostuvo con la cúpula del partido y del Grupo Compacto que liderea el gobernador Enrique Alfaro, Jesús Pablo Lemus declaró: “La única certeza que tienen en Movimiento Ciudadano está en mí, con los demás pierden (en el 2024)…”.

Recordemos que en ese tenor, se le fue a la yugular al dirigente estatal de MC, Manuel Romo, y al secretario de Asistencia Social, Alberto Esquer, cuando dijo: “No vamos a permitir que ex panistas, que personas arribistas, que durante toda su vida se han dedicado a ser desleales, ahora vengan a dividirnos a Movimiento Ciudadano” -partido que desprecia-. Y agregó: “Sólo son arrastrados, son arribistas que se quieren aprovechar de lo que nosotros hemos ganado…”. “(…) A través de su vida, lo que han logrado es a través de la lambisconería…”. “Voy a dar la pelea desde adentro, porque lo que ellos quieren es sacarme de Movimiento Ciudadano para quedarse con el platillo completo de lo que ellos no cocinaron”. “Lo que sí creo, es que quienes van en desventaja en la candidatura a gobernador, como los que se han expresado: Alberto Esquer, Manuel Romo, Clemente Castañeda, Salvador Zamora, que van muy abajo en las encuestas, se unieron todos en contra de Lemus para tratarme de bajar y quedarse ellos…”.

“Tres doritos después” (o sea, casi siete meses luego), Lemus Navarro ahora pontifica y le declara al periódico El Informador en su edición de ayer:

“Será una elección muy competida, no podemos dar nada por descontado. Por eso es muy importante llegar en Movimiento Ciudadano en equipo, en unidad, donde todos sumemos”. “Es la única forma de ganar y eso vamos a construir en los próximos meses”. “Por eso hablo de actuar con humildad y mucha unidad, porque con un proyecto que pudiera dividirnos estaría en riesgo la continuidad de Movimiento Ciudadano en Jalisco… y no queremos eso. Queremos continuidad”.

Después de sus declaraciones y conducta de noviembre pasado en contra de Romo, Castañeda, Esquer y Zamora, hoy las palabras de Lemus Navarro en este diario suenan más falsas que un billete de 40 pesos, y reflejan dos cosas: desesperación o parte de una estrategia para dar un “golpe” en el momento menos esperado. Y a ello responde lo publicado en esta semana: 1. Una encuesta de Mural que dice que sólo con Lemus gana Movimiento Ciudadano, aunque contradice la encuesta de Mural de enero pasado que aseguraba que con cualquiera de los cinco aspirantes el partido naranja ganaba la gubernatura; 2. La exigencia al partido al que presume que no pertenece -y aborrece y desprecia- para que adelante la elección del candidato a la gubernatura en septiembre, tres meses antes de que se seleccione al candidato a la presidencia de la República; y 3. Su postura de “hermana de la caridad” ondeando la bandera de la “unidad” interna -¡y la “humildad”!- en Movimiento Ciudadano.

¿Qué pretende Lemus Navarro con este movimiento en momentos en que comienza el juego interno en Morena por la definición de quién será su candidata o candidato a la presidencia de la República? ¿Responde, acaso, a una estrategia debidamente cronometrada, luego de que a mediados del mes pasado -mayo-, visitó a la jefa de gobierno de la Ciudad de México, allá en la capital? ¿Para qué se entrevistó con Sheinbaum? ¿Qué platicó con la morenista? ¿Acordó algo o se regresó con las “manos vacías”, como al parecer le sucedió tiempo atrás cuando también se entrevistó con el secretario de Gobernación, Adán Augusto López en Bucareli?

¿O acaso trata de amagar y presionar a Movimiento Ciudadano, pero concretamente al gobernador Enrique Alfaro Ramírez? ¿Está preparando dar un “golpe” al emecismo jalisciense, de acuerdo a su agenda y de quien lo “cilindrean”? No olvidemos que en la encuesta -que se sospecha él patrocinó-, aparece como el aspirante con mayores posibilidades de traicionar a MC e irse a otro partido si no gana la candidatura. Él obtuvo el 38% contra el 18% de Salvador Zamora, el 8% de Verónica Delgadillo, el 5% de Clemente Castañeda, y el 3% de Alberto Esquer.

¿O de veras es tanta su desesperación al confirmar que definitivamente ya está decidido que él no será el candidato de MC a la gubernatura y que por nada del mundo Alfaro Ramírez dejaría en sus manos la continuidad del proyecto político nacido en 2009 en Tlajomulco, y menos ahora que dice la encuesta que él es el más cercano al gobernador, que es el más disciplinado en Movimiento Ciudadano y que es quien conoce mejor el estado?

Vuelvo a reiterar: En política no hay coincidencias.

Y si no, al tiempo…