Mientras el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado Carrillo, ha declarado que hasta el momento nadie puede presumir de ser candidato a alguno de los cargos de elección popular en juego en el 2021, aquí en Jalisco Carlos Lomelí Bolaños y Alberto Uribe Camacho se disputan serlo por Guadalajara o Zapopan.

Es cierto, en entrevista con el Grupo Reforma, Uribe Camacho declaró: “Se tienen que definir cosas y no se han definido… métodos; él (Carlos Lomelí) no es candidato a nada todavía tampoco, porque no se ha acordado ninguna convocatoria ni nada más. Ni yo tampoco lo soy. Lo que es clave es no estar charoleando con lo que uno no tiene y con lo que uno no es. Yo no tengo ninguna candidatura, pero nadie más tampoco la tiene…”.

Sin embargo, tanto uno como el otro han declarado a los medios de comunicación que quieren ser candidatos a presidente municipal ya sea de Guadalajara o Zapopan, pero hay algo que ni ellos ni su partido saben con certeza: ¿Ambos son rentables electoralmente como para contender por uno u otro municipio, el que sea porque finalmente les da igual? ¿Por qué creen que si son rentables en Guadalajara lo son también en Zapopan o viceversa?

Y en este punto a los medios y analistas nos ha faltado ser más rigurosos, pues los primeros sólo replican lo que ellos dicen y los segundos hacemos el análisis a partir de lo que declaran y no de la realidad y de las circunstancias que los rodean, porque ¿quién dice que, de entrada, los morenistas de Guadalajara o Zapopan esperan como candidatos a Lomelí o a Uribe? ¿Y qué tanto los espera la ciudadanía que no milita o simpatiza con algún partido? ¿O será que tanto unos como otros les da igual quién sea el candidato de Morena?

Y es que, ¿se han preguntado Uribe y Lomelí si los tapatíos o los zapopanos los aceptan como candidatos porque ven en ellos el instrumento para la solución de sus agudos problemas o simplemente porque como son los que postula Morena, le apuestan a que por ser del mismo partido del presidente de la República podrían obtener más apoyos -económicos-, que los que actualmente recibe el gobierno del Estado?

Pero, ¿y qué si Morena encuentra un tercero o tercera en discordia para postular por Guadalajara o Zapopan, o para ambos municipios, y a ellos los considera para otro cargo? Nada puede descartarse a estas alturas del partido.

Lo que sí hay que tomar en cuenta es que los “destapes” están a la orden del día; que la carrera por las candidaturas ya arrancó; que lo que se ve es lo que hay y que de entre ellos habrá de salir el abanderado para enfrentar a los hombres del poder; y que tendrán que esforzarse mucho para convencer a la ciudadanía de que realmente son una buena opción, pues no es cosa de simplemente decir: “Ya llegué…”.

Y si no, al tiempo…