Por Julio César Hernández
El entonces rector de la Universidad de Guadalajara, Carlos Briseño Torres, denunció ante la Contraloría del Estado al también entonces responsable de la Unidad de Trasplantes en el Hospital Civil, doctor Luis Carlos Rodríguez Sancho, de presuntas irregularidades en el trasplante de órganos.
El doctor Rodríguez Sancho contrata a un abogado para que asuma su defensa ante la propia Contraloría y la Procuraduría de Justicia, y la responsabilidad recae en el abogado Juan Pablo Gudiño Coronado.
¿Qué tiene esto de extraordinario? Aparentemente nada, pero hay un protagonista que complica entender qué hay detrás de esta situación o, cuando menos, despierta sospecha de que algo no encaja en esta historia, salvo que todo sea mera coincidencia.
¿Quién es ese otro protagonista que hoy no aparece en esta historia? Mauricio Gudiño Coronado, hermano de Juan Pablo. ¿Y quién es Mauricio Gudiño Coronado? Hasta hace poco fue nada menos que el coordinador de asesores del ahora ex rector Briseño Torres, quien denunció a Rodríguez Sancho.
En los corrillos políticos y universitarios se maneja la versión de que uno de los autores intelectuales de que Briseño Torres denunciara las presuntas irregularidades o ilícitos de Rodríguez Sancho fue precisamente Mauricio Gudiño.
¿De veras es mera coincidencia o es una estrategia del trasplantólogo? ¿Qué repercusiones tendrá en este caso el parentesco entre el abogado de Luis Carlos Rodríguez y el ex asesor de Briseño Torres? ¿Es creíble que entre los hermanos no se haya abordado este asunto? ¿Hubo o hay intercambio de información importante, trascendente y determinante para este caso entre Mauricio y Juan Pablo Gudiño Coronado?
¿O es posible creer que no obstante el parentesco, la hermandad, no han hablado del tema? Quizás más adelante, en los hechos, confirmemos si tuvo o no repercusiones la participación de los Gudiño Coronado en el caso de Rodríguez Sancho.