Mientras los partidos políticos han decidido postular como candidatos -lo he reiterado- a cantantes, actrices, actores, comediantes, locutores, comentaristas deportivos, boxeadores, futbolistas y otros deportistas, se ha perdido de vista la preparación que tienen para ejercer el cargo por el que contienden.

¿Cuántos de los arriba mencionados cuentan con una preparación académica mínimo de licenciatura, pero que por razones del destino los han llevado a dedicarse a otra actividad ajena a su profesión universitaria y que les ha sido más redituable económicamente? ¿Cuentan con esa preparación académica que puede sacarlos adelante del enorme compromiso que asumen en caso de ganar su elección?

Refiero lo anterior porque revisando el currículum de algunos candidatos, me encontré con el perfil de quien aspira gobernar a Tlaquepaque por el partido Morena, Alberto Maldonado Chavarín, quien como abogado de profesión, cuenta con especialidad en Derecho Constitucional y Amparo, tiene maestría en Derecho con orientación en Administración de Justicia y Seguridad y además es doctorante en Derecho con la tesis “La reforma constitucional en derechos humanos”.

En tiempos en los que la inseguridad pública azota al estado y particularmente a la zona metropolitana de Guadalajara, cuando la procuración e impartición de justicia está más que cuestionada y cuando la demanda ciudadana exige el respeto a los derechos humanos, perfiles con la preparación académica como la de Maldonado Chavarín son, de entrada, una ventaja para esperar un gobierno que enfoque la atención en la solución de estos problemas, principalmente el de la inseguridad pública.

Nadie desconoce que Maldonado Chavarín tiene amplias posibilidades de alzarse con la victoria el próximo seis de junio, y sin duda -ojo con el resto de los candidatos de todos los demás partidos-, su preparación académica y la especialización que tiene debe de ser un factor fundamental para conocer, entender y atender con especial prioridad el tema de la seguridad pública en Tlaquepaque, sin descuidar el resto de los servicios públicos que está obligado el Ayuntamiento a otorgar a la población.

Pero creo que en este punto, en el de la preparación académica de nuestros gobernantes, nos hemos perdido, porque cuando son candidatos enfocamos nuestra atención a otros factores, a los dimes y diretes, a si hay o no acarreo, y otros puntos propios de una campaña, y cuando llegan al poder no relacionamos esa preparación y capacidad académica con el ejercicio de un buen gobierno.

Así, pues, a reserva de revisar la preparación académica de los demás contendientes de Tlaquepaque y de quienes quieren gobernar otros municipios de la zona metropolitana, por lo pronto este es un punto a favor de Alberto Maldonado y en el que no puede fallar en caso de obtener la victoria el próximo seis de julio.

Al tiempo…