En septiembre de 2019, siete de los nueve diputados del PAN en el Congreso del Estado “mandaron al diablo” a sus dirigentes nacional y estatal, Marko Cortés y Pilar Pérez Chavira, respectivamente, quienes manifestaron su oposición a que su bancada avalara y votara a favor de la adición del artículo 117 bis constitucional para crear la figura del Constituyente. Salvo Jesús Hurtado y Jorge González Arana, los demás votaron a favor.

Ahora, esos panistas que impulsaron a sus diputados en aquella ocasión a ceder solícitos y complacer al gobernador Enrique Alfaro Ramírez con dicha adición constitucional, son los mismos que nuevamente confrontan a sus dirigentes e insisten en seguir cobijados por el alfarismo, reformando el proyecto de alianzas presentado por Pérez Chavira que proponía no hacerlo con Morena y Movimiento Ciudadano y dejándolo sólo con el primero y sus aliados, como son el Partido del Trabajo y el Verde Ecologista.

Esos panistas que insisten en seguir aliados al alfarismo son los que Movimiento Ciudadano llama “panistas de bien”, no obstante que forman parte del mismo partido al que su dirigente nacional Clemente Castañeda acusa de haberle fallado a México y por lo cual no están dispuestos a ir con ellos en alianza en las elecciones federales. ¿Cuál es la diferencia entre ese PAN que se alió con el PRD y el PRI y los “actores” del PAN, los “panistas de bien” de Jalisco? Por supuesto que ninguna.

Y eso es lo que no se entiende de esos “panistas de bien” de Jalisco, que no obstante que Movimiento Ciudadano los ha despreciado y menospreciado, culpándolos de ser responsables, junto con el PRI, de todos los males que padece el país, y rechaza para ir juntos por las diputaciones federales o algunas gubernaturas, insistan en confrontarse con su dirigente Marko Cortés, lo reten y se rebelen con tal de seguir en complicidad con el gobierno de Alfaro Ramírez en el estado.

Con su actitud y conducta, lo único que hacen es confirmar que son ciertas las acusaciones en su contra en el sentido de que les deja -a ellos y no al partido- mayores dividendos administrar la derrota que sumarse al esfuerzo general del PAN por ganar diputaciones y alcaldías. La ganancia de estos “panistas de bien” está en su complicidad con el gobierno alfarista. Nada más.

¿Permitirá Marko Cortés que estos “actores” del PAN, que estos “panistas de bien”, lo vuelvan a dejar en ridículo ante los jaliscienses como en septiembre de 2019, cuando él mismo vino a “leerles la cartilla” que, finalmente, estos rebeldes se pasaron “por el arco del triunfo”? ¿Dejará el dirigente nacional que ante los panistas jaliscienses y la sociedad en general, en Jalisco sea un “cero a la izquierda” y termine sometido a los caprichos de estos “panistas de bien”? ¿Estos “actores” del PAN seguirán “mangoneando” a su dirigente nacional Marko Cortés? ¿Terminarán saliéndose con la suya e imponiendo sus intereses particulares sobre los del panismo jalisciense?

Marko Cortés tiene hasta hoy lunes antes de las 23:59 horas para ratificar o rechazar el proyecto reformado que le envió el Consejo Estatal y la Comisión Permanente del PAN, en el que sin pudor alguno ni mucho menos vergüenza, avalan una posible alianza con Movimiento Ciudadano.

En las próximas horas sabremos, pues, si Marko Cortés sigue siendo el hazmerreir del panismo en Jalisco.

Al tiempo…