Si bien Carlos Lomelí Bolaños debe de estar más concentrado en su próxima asunción como coordinador general en Jalisco del futuro gobierno de Andrés Manuel López Obrador, y el representante del comité ejecutivo nacional de Morena, Alejandro Peña, se presta para convertirse próximamente en senador de la República, la renuncia de Ismael Espanta Tejeda como diputado de Morena para sumarse a la fracción parlamentaria del pertido Movimiento Ciudadano, provocó molestia en el grupo del ex candidato a la gubernatura.

Pero al parecer el enojo o la molestia fue mayor con quien funge como coordinador de la bancada lópezobradorista, el diputado Bruno Blancas Mercado, por su falta de operación política para evitar la salida de Espanta Tejeda, que deja a la fracción morenista más menguada después de que el Tribunal Electoral federal les quitó dos diputados.

Y si el enojo no ha pasado, hay quienes dicen que no extrañe que pudiera haber cambio de coordinador… aunque no hay mucho de dónde escoger.

Lo que hoy sucede al interior de la bancada de Morena en el Congreso del Estado se veía venir aún y cuando se hubiese quedado integrada por los nueve diputados inicialmente reconocidos, pues su problema no es de cantidad sino de calidad. Ninguno de la media docena de legisladores tiene la experiencia y los conocimientos necesarios para actuar como una fracción que preocupe, que ponga en aprietos a la bancada mayoritaria o al gobierno estatal mismo. Y si deveras quien los está asesorando es la ex diputada Anahí Olguin, los resultados serán lo mismo, pues la también ex regidora tapatía carece de esa experiencia, conocimientos bastos y quizás del “colmillo” que para estos casos es necesario.

Dice un dicho que “más vale maña que fuerza”; bueno, pues Morena en el Congreso del Estado no tiene ni fuerza ni maña, y ser testigo presencial de las decisiones que tomen los demás no es muy agradable para quien mostró “músculo” en el pasado proceso electoral.

Los esfuerzos que se hicieron para que se integrara a su bancada el diputado Hécor Pizano Ramos no fructificaron y quizás hoy más que nunca los morenistas lo lamenten, pues efectivamente les hace falta un “comandante” con experiencia, conocimientos y capacidad que encabece su trabajo legislativo. Su actuación, hasta el momento no es tanto que haya dejado mucho qué desear sino que simplemente no se esperaba nada extraordinario ante la alineación legislativa que tienen.

Con Bruno Blancas a la cabeza, Arturo Lemus Herrera, Erika Pérez García, María Esther López Chávez, María Patricia Meza Núñez y Norma Valenzuela Álvarez, tendrán que hacer un esfuerzo prácticamente sobre humano para hacer sentir su peso como fracción parlamentaria del partido que gobernará al país durante los próximos seis años y del que cuyo candidato a la gubernatura quedó en la segunda posición.

La falta de una estructura partidista, sin duda también, se refleja en la debilidad de esta bancada morenista, pues carecen de una guía que los acompañe con mayor solidez en su trabajo legislativo.

¿Qué sucederá, pues, con Morena en el Congreso? Estoy seguro que nada, salvo que haya una sorpresa… pero lo dudo.

Al tiempo.