Ayer en su cuenta de Twitter, el delegado electoral de Morena en Jalisco, José Narro Céspedes, alertó:

“Cuidado con las noticias falsas. No hay listas oficiales de aspirantes ni de grupos de seleccionados para ser encuestados por parte de Morena en Jalisco. Todo el proceso lo estamos llevando a cabo apegándonos a la convocatoria. Evitemos difundir información falsa”.

La verdad es que en Morena Jalisco no está dicha la última palabra, y puede haber sorpresas que dejen a más de uno demasiado pasmado… y frustrado.

Y es que mientras hay quienes se pelean por conseguir y difundir la lista de precandidatos como si todos los registrados fueran igual de competitivos entre sí, pierden de vista lo fundamental: quién sí está en posibilidades de obtener la candidatura a las alcaldías metropolitanas -que son las más atractivas mediáticamente-, y que la definición ya prácticamente está entre dos o, incluso, ya sólo hay uno que despuntó, amén de las correspondientes a diputados federales y locales.

Así, por lo pronto, podemos adelantar el perfil de género que puntea en la carrera por las candidaturas a las presidencias municipales metropolitanas, a reserva de que, como en la buena política, se concrete aquello que “del plato a la boca se cae la sopa…”.

Y así, en Guadalajara Morena podría tener una abanderada mujer; en Zapopan el candidato sería varón, al igual que en Tlaquepaque; en tanto que en Tonalá y Tlajomulco habría una dama como candidata. Y hasta ahí, en espera de que el proceso avance conforme lo establecido por la dirigencia nacional, con sus tiempos y sus formas.

Hay que destacar que, a diferencia de tiempo atrás, Narro Céspedes ha logrado calmar las turbulentas aguas morenistas en Jalisco -aún y cuando su mente y corazón sigan enfocados en su tierra natal, Zacatecas-; las tribus y grupos de Morena que antes se disputaban la representatividad del partido y ofrecían ruedas de prensa a diestra y siniestra haciendo declaraciones por aquí y por allá, hoy se han apaciguado. Narro, con sus asegunes, ya sentó a la mayoría de los liderazgos en la misma mesa y se ha dado el diálogo. Al menos ya concerta.

Claro, el escenario se le puede descomponer cuando ya se conozca a los candidatos elegidos.

Pero no sólo eso. Como representante del partido político en la presidencia de la República, ha logrado concertar con otros actores políticos ajenos a su partido e, incluso, ha concretado la interlocución con el gobierno estatal anteponiendo la institucionalidad y en aras de la gobernanza, más allá de las diferencias entre el alfarismo y el lópezobradorismo, que seguramente reaparecerá ya en las campañas.

Todo esto, indudablemente, es de gran ganancia para Morena y los morenistas jaliscienses, aún y cuando hay aún algunos con arranques de rebeldía, que podría subir de intensidad cuando ya se definan las candidaturas, principalmente a las presidencias municipales. Pero ya será otra tarea que tendrá pendiente realizar José Narro, la de tranquilizar a los no ungidos si es que desean seguir en el partido, aunque podría haber quien, incluso, ya ha comenzado a tocar puertas en otros partidos.

Así, pues, mucho de lo que se difunde, mucho de lo que se hace público, no corresponde a lo que realmente sucede en las cúpulas morenistas, porque bien dicen que la realidad que se ve en Jalisco, dentro de las filas de Morena, no es -y en algunos casos por mucho- la realidad que se observa desde la dirigencia nacional. Y hay que recordar que es en base a su realidad, y no la que quieren ver aquí en Jalisco, como la cúpula tomará las decisiones que cierren esta etapa de las precandidaturas.

Y si no, al tiempo…