El 16 de junio pasado, el gobernador Enrique Alfaro Ramírez le declaró al Grupo Reforma que su partido Movimiento Ciudadano “será una verdadera fuerza opositora al régimen…”.

Anteayer seis de julio, el “dueño” del Partido Movimiento Ciudadano, el senador Dante Delgado Rannauro, le confesó al periódico El Universal: “Nosotros (MC) no estaríamos renuentes a tener acuerdos con el presidente de la República porque somos la única organización que le hemos demandado que asuma su cargo…”.

Alfaro Ramírez y Delgado Rannauro, ¿estarán hablando del mismo partido Movimiento Ciudadano? Uno que se asegura será “una verdadera fuerza opositora al régimen” y otro que “no estaría renuente a tener acuerdos” con quien encabeza ese régimen, el presidente de la República.

En esa entrevista, a la que hemos aludido en nuestras entregas recientes, Enrique Alfaro advirtió que estará en la batalla para evitar que continúe el proyecto lópezobradorista “que nos está llevando a un barranco”, pero Dante Delgado no negó que fuera viable que la fracción parlamentaria de Movimiento Ciudadano hiciera alianza con Morena, como tampoco definió si sus diputados y senadores votarán cada reforma o cada tema en conciencia, según lo cuestionaron.

¿Será en ésta la segunda mitad del sexenio de López Obrador, cuando se definirá no sólo el rumbo que tomará el partido Movimiento Ciudadano sino quién marcará la ruta a seguir? ¿Lo hará su principal figura política y quien se perfila con ventaja para ser su candidato presidencial o será el verdadero “dueño” del partido y quien desde el escaño senatorial negocia y acuerda más allá de la dirigencia formal que ostenta Clemente Castañeda?

En los corrillos políticos nacionales se considera a Dante Delgado como el emecista más cercano a Palacio Nacional. A él se le adjudica ser el autor intelectual de la no integración de Movimiento Ciudadano a la coalición electoral “Va por México”, cuando su dirigente Clemente Castañeda ya había aceptado sumarse a ella, según lo aseguró semanas atrás aquí en Chapala el dirigente nacional del PAN, Marko Cortés.

En el otro lado de la moneda, es más que conocido el enfrentamiento y las “profundas” diferencias que Alfaro Ramírez tiene con López Obrador y que no las oculta, por el contrario, las manifiesta pública y abiertamente en cuanta oportunidad tiene, aunque luego de sus encuentros con el presidente de la República lo llena de elogios sin reserva alguna.

Dante Delgado reconoce en Alfaro Ramírez al mejor activo que tiene Movimiento Ciudadano, sabe que gracias al emecismo jalisciense su partido no ha perdido el registro a nivel nacional y que es el grupo que mayor número de votos le ha arrimado desde que convirtió en un partido altamente competitivo en Jalisco. Pero de eso, a permitir que lo hagan a un lado, de que sean otros los que marquen las directrices del partido, y de que lo excluyan de los acuerdos o negociaciones, está muy lejos.

Dante Delgado se ha encargado de dejar muy en claro al interior de Movimiento Ciudadano que él sigue siendo el “mandamás”, que él es quien establece la ruta a seguir, y que es él quien se encarga de establecer la relación con el gobierno federal. Esto último fortalece la versión de que presuntamente fue él quien “negocio” en Palacio Nacional que MC no se sumara a la alianza del PAN, PRI y PRD. Sea cierto o no, quienes lo sostienen recurren a aquello de: “si grazna como un pato, si camina como un pato, si vuela como un pato y si se comporta como un pato, entonces, ¡es un pato!”.

Y por ello también, hay quien apuesta a que en el Congreso de la Unión, las bancadas legislativas de Movimiento Ciudadano terminarán aliándose de facto con las fracciones parlamentarias de Morena.

Y si esto ocurre, entonces difícilmente será una realidad aquella advertencia de Alfaro de que Movimiento Ciudadano será “una verdadera fuerza opositora al régimen”.

Pero quizás no tengamos que esperar mucho tiempo para confirmar qué ruta seguirá Movimiento Ciudadano, pues ya se anunció un período extraordinario en el que se discutirán varias iniciativas presidenciales. Entonces se sabrá si la “manera de caminar” de los naranjas la marca Dante o la define Enrique.

Por lo pronto, hoy tenemos dos visiones diferentes de lo que debe ser Movimiento Ciudadano.