En mi entrega de ayer titulada Amlo-Alfaro: Acuerdos o “atole con el dedo”, sobre la reunión que sostendrían el presidente de la República y el gobernador allá en Palacio Nacional, referí lo siguiente:

“Obviamente que lo importante es que de este encuentro Alfaro Ramírez no salga con un cúmulo de promesas y buenas intenciones, como ha sido hasta ahora el resultado de sus anteriores visitas a Palacio Nacional, sino con compromisos firmes, con presupuesto para realizarlos y que tengan fecha de inicio y de conclusión. De no ser así, entonces todo quedará en el aire…

“Y si bien el proyecto de movilidad que tiene que ver con la Línea 4 es importante, lo esperado es que se den acuerdos concretos y fechados en materia de seguridad pública y del futuro que tendrá la presa El Zapotillo. Si se vuelven a “patear” estos dos temas, entonces se confirmará que no hay voluntad política para resolverlos, que todo continuará como hasta ahora y que se le dará “largas” para nunca llegar a un buen fin en beneficio de los jaliscienses….”.

No quise ser “ave de mal agüero”, pero otra vez el Gobernador de Jalisco salió de Palacio Nacional -como cada ocasión que ha estado ahí- con las manos vacías.

Salió con “un cúmulo de promesas y buenas intenciones”, no hubo “compromisos firmes, con presupuesto para realizarlos” y mucho menos con “fecha de inicio y de conclusión”. Todo se quedó en el aire. En Palacio Nacional volvieron a “patear” los dos principales problemas de Jalisco: la inseguridad pública y el desabasto de agua; se confirmó que no hay voluntad política para resolverlos, que todo continuará como hasta ahora y que se le seguirá dando “largas”.

Y es que con lo único que salió el gobernador Alfaro de Palacio Nacional fue con una nueva fecha del siguiente encuentro: dentro de 15 días.

Entrevistado al salir de Palacio, Alfaro Ramírez habló mucho pero no dijo nada. Fue un “choro” -dicen los jóvenes- lleno de generalidades, con un lenguaje al más fiel estilo de los viejos políticos que hablaban y hablaban sólo para “salir del paso”. Escuchamos o leemos lo que respondió el gobernador y confirmamos que su encuentro fue un rotundo fracaso, como el de hace ocho días y con muchas posibilidades de que lo mismo puede suceder dentro de dos semanas.

No miento. Lean, esto es lo que declaró:

“Fue una mesa de trabajo larga (no sabemos si se refería al tamaño de la mesa alrededor de la que estuvieron sentados o al tiempo que duró la reunión), en la que abordamos varios temas (nunca dijo cuáles en concreto). Creo que se avanzó muy bien (nunca declaró en qué, concretamente), pero creo que por la complejidad técnica y, sobre todo, por las implicaciones presupuestales (¿en los cinco temas a tratar? ¿todos eran complejos y no hay dinero para ejecutarlos?) se tendrá que realizar una nueva reunión en 15 días (¿para entonces se habrá destrabado la complejidad técnica y se habrán superado las complejidades presupuestales?) para ya poder tener detalles más específicos (¿de qué, concretamente?). Pero el avance fue muy, muy importante en los cinco temas (¿cuál fue el avance? ¿reconocer o declarar que tienen complejidad técnica e implicaciones presupuestales?)…”.

Y obviamente, como cada vez que sale de Palacio Nacional, no podía faltar el “cebollazo” para López Obrador:

“Tengo que decir que vi en el presidente una mucho mayor disposición (¿que en todas las visitas anteriores que tuvieron? ¿No es lo mismo que ha dicho en cada reunión que tiene con él, pero que no se ve reflejado en hechos concretos?), claridad e importancia en lo que estamos planteando para Jalisco…”.

Y agregó: “Creo que el poder resolver estos temas sería una señal extraordinaria que quitaría mucha tensión en los temas relacionados con el presupuesto y la relación del estado con la federación”. ¿Quién es el responsable de que estos temas no se resuelvan y la relación entre el estado y la federación sea tensa?

Más adelante, señaló que resolver el problema del abasto de agua era la prioridad número uno, pero de entrada dijo que eso podría ser hasta el año próximo -2022-, y que para el lago plazo (seguramente en vísperas de entrar otra vez a los tiempos electorales, en el 2023) se estaría trabajando en la solución definitiva para aprovechar las aguas del Río Verde”. ¿De veras en ese año el gobierno federal se echará la “bronca” de construir la presa El Zapotillo? ¿O sea que el tema de esta presa se vuelve a “patear”, y se espera que se retome en vísperas de la sucesión presidencial? ¿Tiene lógica y sentido común esto?

Pero el gobernador Alfaro aseguró que están convocados en 15 días “para la toma ya de decisiones definitivas”. ¿Será cierto que en dos semanas se tomarán las “decisiones definitivas” sobre los problemas de desabasto de agua, de la inseguridad pública y de la construcción de la Línea 4 del Tren Ligero? Dijo Santo Tomás: ver para creer. Y yo auguro que nada de esto sucederá. Ojalá y me equivoque, pero el tiempo se empeña en lo contrario.

Por último, cuestionado sobre sus diferencias con el presidente López Obrador, el gobernador Enrique Alfaro respondió -según publica el periódico El Informador- que confía en que pasado el proceso electoral se normalice la relación y dejen de lado las diferencias, y no sean obstáculos para llegar a acuerdos.

Claro que sí, sin duda que se normalizará la relación y no habrá obstáculos para llegar a acuerdos, luego de que pasado el proceso electoral Alfaro le declaró la “guerra” al presidente López Obrador al declararle al Grupo Reforma que “si Dios me da vida y salud, en el 2024 yo voy a estar en la primera línea de batalla para evitar que este proyecto de país que nos está llevando al barranco, continúe…”.

Seguramente en Palacio Nacional no tomaron nota de estas declaraciones… como si no fuera esta su especialidad.

Pero en fin, hoy a las 10 de la mañana el gobernador ofrecerá una rueda de prensa para hablar de los detalles de su encuentro con López Obrador. ¿Será que ahí responda a todas las preguntas aquí planteadas? ¿Será que en esta rueda de prensa declarará y anunciará lo que no hizo ayer al salir de Palacio Nacional y nos dará una grata sorpresa?

Eso quisiéramos, pero al tiempo…