Los “naranjas” estarán en Palacio Nacional. Hoy el presidente Andrés Manuel López Obrador recibirá otra vez al gobernador Enrique Alfaro Ramírez, y mañana será anfitrión del mandatario electo de Nuevo León, Samuel García Sepúlveda.

Si no me equivoco, hoy será la primera vez que en lo que va de sus gobiernos se reunirán López Obrador y Alfaro Ramírez con parte de sus respectivos gabinetes, aunque aún se desconoce quiénes estarán por parte del gobierno federal y quiénes por el lado del estatal. Es de esperarse que acudan los que tienen que ver con temas como la inseguridad pública -como platillo fuerte-; con el desabasto de agua en la zona metropolitana, y con la inconclusa presa de El Zapotillo; y lo correspondiente a la construcción de la Línea 4 del Tren Ligero.

Obviamente que lo importante es que de este encuentro Alfaro Ramírez no salga con un cúmulo de promesas y buenas intenciones, como ha sido hasta ahora el resultado de sus anteriores visitas a Palacio Nacional, sino con compromisos firmes, con presupuesto para realizarlos y que tengan fecha de inicio y de conclusión. De no ser así, entonces todo quedará en el aire.

Y si bien el proyecto de movilidad que tiene que ver con la Línea 4 es importante, lo esperado es que se den acuerdos concretos y fechados en materia de seguridad pública y del futuro que tendrá la presa El Zapotillo. Si se vuelven a “patear” estos dos temas, entonces se confirmará que no hay voluntad política para resolverlos, que todo continuará como hasta ahora y que se le dará “largas” para nunca llegar a un buen fin en beneficio de los jaliscienses.

Del resultado del encuentro de hoy entre López Obrador y Alfaro, confirmaremos si de los dichos se pasa a los hechos; esto es, que las diferencias “profundas” que el gobernador dice tener con el presidente de la República, que el hecho de que haya anunciado que se colocará “en la primera línea de batalla” para frenar “este proyecto de país que nos está llevando al barranco” y la advertencia de que su partido, Movimiento Ciudadano, será “una verdadera fuerza opositora al régimen” lópezobradorista, no sean motivo para que el inquilino de Palacio Nacional “congele” cualquier apoyo a Jalisco en estos y otros temas, y que a final de cuentas todo quede en meros proyectos de escritorio, como ha sucedido hasta el momento.

Y es que, reitero, en el caso de Jalisco no es obstáculo el que sea gobernado por un partido diferente al del presidente de la República sino la actitud, postura y discurso que contra él ha adoptado y asumido quien lo gobierna. Vamos, no es un asunto entre Morena y Movimiento Ciudadano ni tampoco de López Obrador con Movimiento Ciudadano, sino de Enrique Alfaro en contra de Andrés Manuel. Ahí está el meollo del asunto.

Por eso apostamos a que este encuentro entre ambos y sus respectivos equipos de colaboradores, sea el arranque de una mejor relación o cuando menos -si las diferencias “profundas” continúan- que se concreten los apoyos, principalmente económicos, que requiere Jalisco y los jaliscienses. Ojalá y que la respuesta del gobierno federal no sea como hasta ahora: sólo “atole con el dedo”.

Al tiempo…