La entrevista que el lunes pasado publicó el diario Mural con el presidente municipal de Zapopan, Jesús Pablo Lemus Navarro, está llena de significados y señales que revelan que enfrenta una nueva realidad que no se imaginó le sucedería cuando hizo campaña para repetir en el cargo ni cuando inició su segundo trienio en el gobierno.

En resumidas cuentas, la lectura política que deja esta entrevista es:

  1. A cuatro años y medio de la elección estatal (2024), avisa que quiere ser el próximo gobernador de Jalisco.
  2. Se acabó la relación de amistad con el gobernador Enrique Alfaro Ramírez. Hoy únicamente es “de trabajo”.
  3. Sostiene ya un abierto distanciamiento y enfrentamiento con el alcalde de Guadalajara, Ismael del Toro Castro.
  4. Ya no se hace parte del grupo político del partido Movimiento Ciudadano.
  5. Desdeña la aspiración y desprecia el cargo de diputado -federal o local- por MC en la próxima elección del 2021.
  6. Anuncia que buscará otras vías para continuar con su carrera política y cumplir su siguiente aspiración: gobernar el Estado.
  7. Denuncia que es víctima de la envida política dentro de Movimiento Ciudadano.
  8. Sin rubor alguno llama “perros que ladran” a sus críticos dentro y fuera de MC.
  9. Reconoce que ya no puede reelegirse en el cargo de alcalde.
  10. Pero deja abierta la posibilidad de buscar un resquicio legal para ser nuevamente candidato a munícipe.

Este es el nuevo escenario que tiene enfrente el alcalde de Zapopan, quien hace algunas semanas recibió de una parte del gremio al que pertenece, la Coparmex, un fuerte “espaldarazo” ante un posible rompimiento con el gobernador Alfaro Ramírez. “La Coparmex -aseguran que se dijo en esa encerrona en privado-, estará del lado de Pablo Lemus”. Lo defenderán “a capa y espada”, fue el mensaje.

Pero no sólo eso. En los corrillos políticos trascendió también que desde octubre pasado Lemus Navarro comenzó a tejer -y se asegura que va por buen camino-, una alianza nada menos que con Pedro Kumamoto Aguilar, quien junto con su grupo de jóvenes trabajan para lograr el registro como partido político de “Futuro”.

Las declaraciones que Lemus hizo a Mural apenas arrancando el año, tienen como objetivo decirle a propios y extraños dónde está parado y qué se puede y pueden esperar de él con miras a los próximos movimientos políticos que se avecinan previo al inicio del proceso electotal en octubre de este año.

Lemus reconoce que, efectivamente, la relación con el Mandatario estatal se fracturó a raiz de las divergencias sobre el futuro de la Villa Panamericana, pero dejó testimonio de que se enfrentó a Alfaro Ramírez -en un encuentro privado- de “tú a tú”, no entre el Alcalde y el Gobernador sino entre iguales. “Hablamos de frente a frente sobre las cosas que no nos gustaban de cada uno (…). Hoy la relación con el gobernador es de trabajo…”. No más.

Ratificó lo que en el medio político se sabe: su total rompimiento con Ismael del Toro. Y en esta entrevista no dejó pasar la oportunidad de darle su “golpe”, pues al referirle que la Encuesta Nacional de Seguridad Urbana reveló que la percepción de inseguridad en Zapopan subió del 68 al 69%, su respuesta fue dirigida a quien gobierna la capital: “Nosotros tenemos 15 puntos menos de percepción (…) que en Guadalajara…”.

También se ve alejado de Movimiento Ciudadano. Cuando confesó que quiere ser gobernador, preguntó: ¿Quién dice que forzosamente para ser gobernador tengo que ser diputado? ¿Qué no puedo llegar a la gubernatura desde otros espacios de participación social, ciudadana o política?”. La pregunta es: ¿Será que de lograr su registro, “Futuro” puede ser su vía para ser candidato a la gubernatura en 2024?

Y es que ser representante ciudadano como parlamentario no le atrae nada; por el contrario, desdeñó ese cargo político y público al asegurar que “verme de diputado local o federal me da mucha flojera…”.

Por último, denuncia que es motivo de envidia dentro de MC, pero ufano revela lo que, ante estas envidias, le dice a su equipo de trabajo: “No escuches a esos perros ladrar”.

Así, pues, Jesús Pablo Lemus Navarro puso los “puntos sobre las íes”, “pintó su raya” y envió los mensajes que consideró necesarios para destinatarios muy en concreto. Lo que venga después, estará por verse…

Al tiempo.