Por Julio César Hernández
Del poco más de un millón de votos que obtuvo el PRI en la pasada elección a la gubernatura, sólo 20 mil de ellos fueron depositados por verdaderos militantes, apostando a que todos ellos fueron a votar y lo hicieron por el candidato postulado por este partido.
Y es que ese es el pobre padrón que tiene el Revolucionario Institucional.
Hoy se quiere poner remedio a un añejo problema que ninguna anterior dirigencia estatal quiso solucionar para hacer del PRI un partido serio, con una verdadera membresía bien identificada y registrada.
Y es que quién sabe cuántos de esos 20 mil militantes registrados en el padrón aún estén vivos.
Pero esa será la titánica tarea de Rubén Vázquez, designado secretario del Padrón Priísta, que de conseguir sacarla adelante, dejará en claro que este espacio no fue de “relleno” para abultar la burocracia partidista y que tampoco será o es un “trampolín” para ocupar un cargo de elección popular.
A ver, pues, si el tema del padrón priísta es una realidad y deja de ser una buena intención, como lo ha sido hasta ahora en los discursos de los distintos dirigentes del PRI.