¡Bingo…!

Luego de hacer cuentas y confirmar que, según sus propios cálculos, Jalisco recibirá este año 8 mil 640 millones de pesos menos que en 2018, el gobernador Enrique Alfaro llegó a la conclusión de que en el renglón del presupuesto la actuación del presidente Andrés Manuel López Obrador tiene un sesgo político.

Ayer en rueda de prensa dijo: “Creo que algunas cosas del presupuesto sí tienen un sesgo político evidente (…); sin embargo, más allá de los propósitos detrás del presupuesto, lo que a mi me preocuparía es que Jalisco, al ser gobernada por una fuerza política distinta al del gobierno de la República, esté recibiendo este trato por razones políticas”.

Previamente, en el marco de la toma de protesta de representantes y patronos de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje aseguró en el mismo sentido:

“Y mientras en algunos estados han decidido guardar silencio y permanecer en la pasividad, en Jalisco estamos tomando con determinación decisiones que hay quienes piensan que tienen que ver con un ánimo de generar polémica o debate, pero para nosotros tiene que ver con otra cosa (…) mantener a nuestro estado como un estado líder”.

Vale hacer algunas consideraciones a las palabras del Mandatario estatal:

Primero: Desde que se confirmó el triunfo de López Obrador a la presidencia y de Alfaro Ramírez a la gubernatura, ninguna duda quedó -y esto lo advertimos varias ocasiones en Marcatextos y en mi columna Entre Semana, en El Diario NTR Guadalajara– que la relación de la Federación con Jalisco estaría contaminada profundamente por un tinte político, debido a la pésima relación entre los entonces presidente y gobernador electos.

Segundo: El trato que recibe Jalisco por parte de la federación en materia presupuestaria, ¿deveras es porque está gobernada por una fuerza política distinta a Morena o porque su gobernador se llama Enrique Alfaro, otrora aliado del hoy presidente de la República, Andrés Manuel, quien durante la campaña demostró su rechazo a tener cualquier trato, acercamiento o alianza con él?

¿No se recuerda aquella declaración de López Obrador en campaña, cuando dijo que le incomodaría tratar con Alfaro si ambos ganaran sus respectivas elecciones? ¿No se recuerda aquel video de mayo pasado de Andrés Manuel en Twitter, durante la campaña, en donde declaró que “yo no tengo ninguna confianza en Enrique Alfaro” y en el que subrayó que “Alfaro nos traicionó cuando yo lo invité a participar en el movimiento y dijo que no le interesaba, que él no coincidía conmigo…”?.

Ante lo anterior y otros ejemplos similares, creo que el problema no está tanto en que Jalisco sea gobernado por MC y no por Morena, sino que el titular del Ejecutivo sea Enrique Alfaro, pero eso ni uno ni otro pueden modificarlo y, por tanto, el jalisciense tendrá que buscar nuevos caminos para evitar que la falta de apoyo del gobierno federal repercuta en la vida de los jaliscienses.

Tercero: ¿Deveras los demás estados han guardado silencio y han estado pasivos ante el trato presupuestal que les ha dado el gobierno federal o sus gobernadores han decidido actuar de otra manera, de aplicar otras estrategias menos estridentes, menos mediáticas, que quien gobierna Jalisco? ¿O qué sabrá Alfaro de esos gobernadores callados y pasivos que no siguen la misma estrategia que él? ¿Qué les habrá dicho y qué le habrán respondido? ¿Será, acaso, que buscó su alianza y decidieron no hacerla, quizás a excepción del panista chihuauense Javier Corral?

Cuarto: ¿Qué tan equivocados podemos estar quienes coincidimos en que la estrategia mediática de Alfaro no es el mejor camino para enfrentarse al gobierno federal, particularmente al presidente López Obrador? Hasta el momento los hechos nos dan la razón, pero hay que esperar a que pase más tiempo para reconfirmarlo o evidenciar que no estábamos en lo correcto.

Quinto: Enfrentarse mediáticamente al gobierno federal, que encabeza AMLO, ¿es el mejor camino para lograr que Jalisco se mantenga como estado líder? ¿Reclamar recursos para una Línea 4 del Tren Ligero, cuando aún no se concluye la Línea 3, es lo correcto? ¿Será, acaso, que los tlajomulquenses están más preocupados por tener un Tren Ligero antes que mayor seguridad o meores servicios como el agua potable? ¿Qué tanto urge a los jaliscienses, en general, un libramiento para llegar a Puerto Vallarta, cuando en sus propias comunidades están carentes de otros servicios básicos y más urgentes?

Creo que lo bueno de todo lo anterior es que públicamente el gobernador Enrique Alfaro haya reconocido que hay tintes políticos en el trato que da al estado el gobierno federal, y espero que ello lleve a buscar otras estrategias para lograr que las diferencias entre el presidente de la República con el Mandatario estatal no afecten más el desarrollo y crecimiento del estado.

Pero deberemos tener en cuenta que mientras Alfaro sea un posible aspirante a la presidencia de la República -lo que estoy seguro tienen registrado en Palacio Nacional-, no creo que las cosas cambien, pues no tengo ninguna duda de que el lópezobradorismo busca apagar al alfarismo con miras al 2021, primero, y al 2024 después.

Al tiempo.