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                                                                                                                                   ney-glez-con-pena
Julio César Hernández
Si bien se confirmó que la única oradora en la ceremonia de aniversario del PRI fue la dirigente nacional, Beatriz Paredes Rangel, los reflectores -que se suponen serían solamente para ella-, los tuvo que compartir con el gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, cuya estrategia para “robar cámara” le resultó exitosamente.
Peña Nieto hizo la “travesura” de  retrasar su arribo al sobrio escenario del Auditorio Telmex, sólo acompañado por su homólogo de Hidalgo, Osorio Chong, para que su nombre no se escuchara entrelezclado con el del resto de los gobernadores que llegaron mucho antes de que iniciara el evento.
Previamente dejaron correr la versión de que el Mandatario mexiquense posiblemente no llegaría, pero el diputado Omar Hernández ya lo esperaba en el aeropuerto. El evento inició con los honores a la bandera, le siguió la entonación del Himno Nacional y posteriormente Rafael González Pimienta hizo uso de la tribuna para darle la bienvenida a todo el priismo ahí reunido.
No fue sino hasta después del espectáculo folklórico del ballet de Amalia Hernández, cuando las luces se apagaron, que Peña Nieto ocupó su lugar a un lado del gobernador de Nayarit, Ney González (foto 2), cuando antes su lugar fue ocupado por el diputado Omar Fayad, seguro candidato a la gubernatura de Hidalgo (foto 1), y quien le cedió la silla.
Al encenderse las luces, el maestro de ceremonias anunció la presencia de Peña Nieto y fue cuando el auditorio se “vino abajo” ante el estruendoso aplauso que le concendió la concurrencia -imagen que se repitió una segunda ocasión cuando su nombre fue nuevamente mencionado-, mientras una Beatriz Parades aplaudia por mera cortesía con el rostro adusto y viendo hacia el frente sin dirigirle la mirada al gobernador mexiquense, actitud que contrastó cuando mencionaron al Gobernador de Hidalgo a quien en cambio sí le dirigió una mirada y una leve flexión de cabeza en son de saludo.
Sin duda que el mandatario Enrique Peña Nieto mucho le ha aprendido a su pareja Angélica Rivera, “La Gaviota”, en eso de la actuación. Le sale ya muy natural, aunque provoque el enojo de otros… y otras.