Sin recato alguno, el gobernador Enrique Alfaro Ramírez mandó llamar a Casa Jalisco a los que serán candidatos únicos de Movimiento Ciudadano a las alcaldías de Guadalajara, Zapopan y Tlajomulco, Verónica Delgadillo, Juan José Frangie y Gerardo Quirino Velázquez, respectivamente, para grabar un video donde quedara constancia de que “las decisiones de Jalisco se toman en Jalisco”, de que la candidatura se la deben a él y a nadie más y de que salieron de ahí con la “bendición” del “Tlatoani” que días atrás simuló que se retiraba de la “política electoral”, como lo escribió en sus redes sociales.

La Casa de Gobierno convertida en “Casa de Campaña” del emecismo. A ese grado.

Posteriormente, muy al estilo de aquellos comerciales de “Ekar de Gas” o de las mueblerías que promovían “Huarachín y Huarachón”, se difundió un video en el que además de los tres candidatos arriba mencionados aparecen el dirigente estatal del partido, Manuel Romo Parra, y la candidata de Tlaquepaque, Citlalli Amaya, a la que el gobernador, al parecer, no invitó a estar en Casa Jalisco. Y como maestro de ceremonias aparece el candidato a la gubernatura, Jesús Pablo Lemus Navarro.

Más allá de estas criticables -de Casa Jalisco- y cómicas -la del símil de anuncio de mueblería- escenas, el único de los aspirantes presentados ayer que parece no tendrá problemas para levantarse con la victoria el año próximo será el diputado Gerardo Quirino Velázquez, pues contenderá en un territorio totalmente controlado por Movimiento Ciudadano y en donde la oposición fue prácticamente borrada. No se observa en el horizonte quien de la mega alianza encabezada por Morena o del Frente Amplio por Jalisco pueda ser un rival incómodo. Por ahora no se ve. Así es que el territorio “alfarista” seguirá siendo “alfarista”, aunque cada vez más deslucido.

Frangie, Citlalli y Verónica no tendrán un “día de campo”. Los dos primeros resentirán el desgaste de ser gobierno y de la inconformidad ciudadana por las acciones de gobierno en su particular territorio (colonias) que está muy lejos de ser como se presume en las redes sociales. Siempre hay inconformes que no sólo “cobras” las “facturas” propias sino también las ajenas, pues también reflejarán en las urnas su molestia con el gobierno estatal. No es oferta, pero corren un alto riesgo de que les cobres dos por una.

Por otro lado, Citlalli Amaya enfrentará el costo de un cacicazgo como el de la diputada María Elena Limón, de quien esta semana se dio a conocer en la columna “Serpientes y Escaleras“, del prestigiado periodista Salvador García Soto, la serie de denuncias debida y muy bien sustentadas que existen en su contra en la Contraloría del Estado, la Fiscalía General del Estado, la Fiscalía Anticorrupción del Estado -que es lo mismo que la “carabina de Ambrosio”-, la Fiscalía General de la República y la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), por una serie de presuntos delitos como enriquecimiento ilícito, y en donde se da a conocer la manera en que en corto tiempo acrecentó su patrimonio, que no va acorde con su salario como funcionaria pública.

En el caso de Verónica Delgadillo, tendrá que enfrentar la dura realidad de que el gobierno de Lemus Navarro confundió la ciudad con el Paseo Alcalde; de que descuidó la ciudad, porque mientras en Colinas de San Javier tienen un excelente servicio de recolección de basura, en las diversas colonias tapatías sus calles fueron convertidas en un chiquero donde se tropezaban en cada esquina con kilos de basura no recogidas por días o semanas; porque mientras en el exclusivo coto donde el ahora candidato a la gubernatura tienen agua hasta para dar y regalar, en muchas colonias de Guadalajara han padecido por días y semanas la carencia del vital líquido; porque prefirió beneficiar a los empresarios inmobiliarios antes que velar por el bienestar de quienes son vecinos de esas enormes torres; porque decidió despilfarrar los recursos públicos en fracasos como el carrusel francés, la galletota en la avenida 16 de septiembre y arreglar un “pajarote” en avenida Inglaterra con un costo excesivo, antes que proporcionar servicios básicos a muchas colonias de la periferia; porque no tuvo empacho en hacer un presunto negocio de arrendamiento de patrullas a sobreprecio, con la complicidad de sus aliados que se atrevieron a falsificar documentos oficiales para que pudiera concretar ese negocio; y porque simplemente Guadalajara le quedó muy grande.

Además, hoy Quirino, Verónica, Citlalli y Juan José saben que Enrique Alfaro no estará en la boleta electoral ni andará haciendo campaña por ellos -bueno, es capaz de retractarse y hacerla-, y que a diferencia del 2021, hoy existe una alta probabilidad -al menos así se sospecha en los corrillos políticos dentro y fuera del estado- de que Jalisco haya sido “negociado” y sea una réplica del Estado de México.

Todo puede suceder, pero ahora, a diferencia de elecciones pasadas, no se puede presumir que Movimiento Ciudadano tiene la victoria garantizada.

Y si no, al tiempo…