Por Julio César Hernández

En la lucha por la dirigencia estatal del PRI, el ex regidor Javier Contreras Gutiérrez levanta la mano, recuerda que él también es aspirante a ese cargo y, a través de un correo electrónico, nos dice: “Considero que independientemente del método (de elección), primero debe de darse, en un ejercicio democrático, un elemental debate de ideas entre los aspirantes, ante el Consejo Político Estatal”.

Luego agrega: “Primero tenemos que definir, a mi juicio, lo siguiente: “¿Qué tipo de organización político-partidista tenemos la convicción colectiva de reconstruir en Jalisco? ¿Un PRI sometido? ¿Un PRI domesticado? ¿Un PRI obediente? ¿Un PRI colaboracionista al poder público del Estado? ¿Un PRI marginado y, lamentablemente, apático al debate de los grandes temas de Jalisco? “O un PRI combativo, enérgico, congruente, que cumpla cabalmente con el mandato popular de ser un auténtico partido de oposición que entienda y aplique la corresponsabilidad, que sea propositivo pero enérgico, constructivo pero con capacidad de denuncia, capaz de garantizar los equilibrios y contrapesos indispensables en el ejercicio de la política.

“Definiendo el perfil que necesita y demanda la institución, será tarea fácil definir el perfil de dirigente que demandan los escenarios actuales”.

Resulta interesante la propuesta de Javier Contreras en el sentido de que ya sea un proceso abierto, una elección con delegados o por el voto de los consejeros políticos, o bien un candidato de unidad, los aspirantes debatan sus propuestas y planteen qué tipo de partido pretenden presidir.

Esta postura coincide con la que ha planteado el también aspirante Miguel Castro Reynoso, quien además de creer que lo mejor para el partido es que haya un candidato de unidad, subraya la importancia de que cada uno de aquellos diga para qué quieren presidir al PRI, por qué quieren ser presidente.

Por supuesto que resulta interesante, reiteramos, que los aspirantes a presidir el PRI participen en un debate de ideas. De entrada, cada uno de ellos demostraría de qué madera está hecho y si tiene las tablas para encabezar una organización política como el tricolor. O si únicamente quieren serlo para de ahí “amarrar” un cargo público de elección popular por la vía fácil, la plurinominal.

Por eso preguntamos si los aspirantes confesos y los que hasta ahora guardan prudente silencio pero trabajan en ello, están dispuestos a debatir entre ellos, sin tomar en cuenta el método de elección que se determine.

Esperamos la respuesta de los apuntados.