Si duda alguna, fue un extraordinario acierto el del diputado Gerardo Quirino Velázquez Chávez renunciar a su militancia en el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y, como consecuencia, al grupo parlamentario de dicho partido en el Congreso del Estado y, por ende, a la coordinación de la fracción que integraba junto con Enrique Velázquez.

Y es que ya era mucho tiempo de engañar a sus electores y de traicionar al partido que lo postuló -el PRD- como diputado por el distrito 12 con cabecera en Tlajomulco de Zúñiga, pues en los hechos siempre se comportó y tomó decisiones como un diputado más de la bancada alfarista del partido Movimiento Ciudadano.

Aunque no se atrevió a confesarlo en su texto dirigido a la ciudadanía ni en sus redes sociales, Quirino Velázquez pasa a formar parte técnicamente de la fracción alfarista que encabeza Salvador Caro Cabrera, cuyas instrucciones siempre siguió al pie de la letra al tomar decisiones en el mismo sentido que los diputados naranjas. Vamos, nunca actuó como oposición.

O sea, formaliza su integración al grupo parlamentario al que siempre “perteneció” y el que ahora suma 17 legisladores, con una en “reserva” para llegar a 18 cuando sea necesario, por aquello de que la diputada de Morena, Patricia Meza, se transforma en “naranja” cuando el Ejecutivo lo requiere.

Por eso me extrañó parte de su texto dirigido a la ciudadanía, particularmente en donde dice: “Después (de) una profunda reflexión de manera libre y espontánea he decidido dejar la presidencia del grupo parlamentario del Partido de la Revolución Democrática y separarme de dicho grupo legislativo…”.

¿Deveras hubo una “profunda reflexión” cuando durante su trabajo legislativo -al menos en el recinto- siempre demostró que fue “de manera libre y espontáneo” a favor de las decisiones de la fracción emecista? ¿Qué tan “profunda” pudo ser esa reflexión si en los hechos fue un diputado “naranja” más? ¿O alguien puede sostener que fue la plataforma del PRD la que sustentó su actuación y decisiones como legislador?

Pero si el texto anterior causó extrañeza, el siguiente párrafo es para “Ripley!”. Confesó: “La principal motivación que me orilló a lo anterior tiene que ver con la culminación de un ciclo y el inicio de otro… (¡sic y recontrasic!).

¿De veras concluyó su ciclo como diputado del PRD y comenzó su ciclo al lado de MC? ¿Será, quizás, que son sus tiempos políticos personales -no los de la ciudadanía cuyos votos lo llevaron a ser diputado por el PRD-, los que lo motivaron a “aventar la toalla” amarilla para “cobijarse” con la color naranja? ¿Será que estando del lado de quienes hoy tienen el poder en Jalisco se le podría facilitar acceder a otra candidatura con más seguridad de llegar a un nuevo cargo de elección popular, ya sea la alcaldía de Tlajomulco -¿no dejarían a Salvador Zamora buscar la reelección?- o una nueva diputación?

Así, pues, reitero que fue excelente decisión del diputado Quirino Velázquez renunciar a su militancia perredista y tácitamente exclamar… ¡fuera máscaras!

Aunque, claro, con la explicación que dio se le hizo “bolas el engrudo”.