Cuando el empresario Mauro Garza Marín, secretario técnico de la Comisión Interinstitucional para la Reactivación Económica, dio a conocer en rueda de prensa que los “notables” que la integran “aprobaron” pedirle al gobernador Enrique Alfaro Ramírez que endeudara más a Jalisco para hacer frente a la crisis económica generada por la pandemia del coronavirus, presumió que se crearía una “comisión externa para la vigilancia de la correcta ejecución de este recurso, que estará compuesto por organismos de la sociedad civil, los sindicatos, el sector productivo y la academia…”.

Ayer, el periódico El Informador publicó una nota en la que informa que el Gobierno del Estado anunció que esta semana quedará integrada la mesa que vigilará el gasto de los 6 mil 200 millones de pesos con los que se volvió a endeudar a Jalisco, mientras Garza Marín -dice la misma nota- declaró que en esta nueva mesa se revisará cómo será la definición del gasto de los recursos y las reglas de operación.

Por más que busqué en las diversas leyes correspondientes -la Constitución Política del Estado, La Ley Orgánica del Poder Legislativo y la Ley de Deuda Pública y Disciplina Financiera- dónde se otorgaba la facultad de revisar el gasto público a un grupo de “notables” designados precisamente por quien se va a gastar la deuda contraída, no la encontré.

El artículo 35-Bis de la Constitución Política del Estado establece: “La revisión y auditoría pública de la cuenta pública y de los estados financieros de las entidades a las que se refiere el siguiente párrafo, es una facultad soberana, inalienable e imprescriptible del Congreso del Estado, el cual se apoya para tales efectos en la Auditoría Superior, que es un organismo técnico, profesional y especializado, de revisión y examen del Poder Legislativo…”.

Aquí la Constitución define que quien apoyará al Congreso en la revisión de los gastos del Ejecutivo es la ASEJ y no un grupo de “notables” designados por quien se gastará el préstamo… que sí es una deuda.

La Ley de Deuda Pública y Disciplina Financiera, en el tercer párrafo del numeral V del artículo 16, señala:

“Los Entes Públicos Estatales y Municipales tendrán la obligación de rendir al Congreso del Estado, en un término de diez días hábiles, los informes que se le requieran por conducto del Pleno del Congreso del Estado, para verificar que las operaciones de financiamiento u obligaciones se realicen conforme a los términos de su autorización…”.

Y en el artículo 18 de esta misma ley dice:

“La Auditoria Superior del Estado, con motivo de la fiscalización y revisión de las cuentas públicas, podrá solicitar a las Entes Públicos Estatales o Municipales que hayan obtenido algún financiamiento o asumido alguna obligación financiera la información correspondiente a la autorización legislativa para su contratación, el proceso competitivo instrumentado para su contratación en las mejores condiciones de mercado, las condiciones jurídicas y financieras en que se hubiera contraído, el destino de los recursos obtenidos, el cumplimiento de las proyecciones económicas presentadas durante el trámite de autorización y, en su caso, el cumplimiento de las obligaciones adquiridas; formulando las observaciones que de ello se deriven, sin perjuicio de las demás responsabilidades a que hubiere lugar…”.

Tampoco esta ley habla de la intervención en este renglón de algún grupo de “notables”. ¿Entonces de qué se trata?

Sencillo: De continuar con el “·show”, con el “teatro”, con el “espectáculo” montado por quienes asumieron grotescamente el papel de “florero” del Ejecutivo para legitimar “socialmente” la nueva deuda que aún no se sabe en qué y cómo se va a gastar.

O sea, el “show” debe continuar y con los mismos protagonistas: los que Alfaro nombró para integrar la Comisión Interinstitucional, que son los mismos que a nombre de todos los jaliscienses -dijo Xavier Orendáin, presidente de la Canaco- le aplaudieron de pie porque era el más preparado de esa mesa para salvar a Jalisco; y los que le suplicaron por “unanimidad” que volviera a endeudar al estado ahora con 6 mil 200 millones de pesos para no dejarlo “hundir” y hacer la “verdadera refundación” -volvió a decir Orendáin de Obeso-.

Todos esos serán los mismos que ahora le revisen a Enrique Alfaro en qué y cómo se va a gastar esa millonaria deuda. O sea, son los mismos que alrededor de la mesa volverán a jugar a la “pirinola” a sabiendas de que la suerte los acompaña y les volverá a caer el… ¡todos ganan!… en esa mesa, por supuesto.

Y, mientras tanto, los diputados que alzaron en hombros al Ejecutivo aprobándole la nueva deuda se harán como “el tío Lolo…”. Ustedes saben cómo.