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Julio César Hernández
Que ninguna sorpresa arrojó el examen a que fue sometidos -ayer por la tarde-, los aspirantes al cargo de Auditor Superior del Estado. En total 12, luego de que uno no se presentó, otro se disculpó y justificó su ausencia y un tercero, Héctor Alberto Fierro, prefirió irse por el camino equivocado y solicitar un amparo.
Y decimos que no hubo sorpresa porque, efectivamente, el actual auditor Alonso Godoy Pelayo -quien se inscribió como uno de los 12 aspirantes- fue quien obtuvo la más alta calificación de todos ellos: obtuvo 95 puntos sobre cien; en tanto que el segundo lugar quedó bastante retirado: fue Armando Villalobos con 71 puntos, egún cuentan fuentes cercanas a la Comisión de Vigilancia, que preside el panista Ignacio Guzmán.
Cabe señalar que la convocatoria -emitida por cierto hace más de un año, el 15 de julio de 2008- estableció que la calificación aprobatoria debería de ser de 80 puntos hacia arriba, y el más cercano perseguidor de Godoy Pelayo no obtuvo ni siquiera éste mínimo.
Ahora sólo resta esperar a la sesión del pleno que se celebrará hoy por la tarde -donde el platillo fuerte es la Ley de Ingresos del Gobierno Estatal para el 2010-, donde será sometido el dictamen para su aprobación, con lo que Godoy Pelayo estaría siendo electo nuevamente para un período de siete años, con posibilidades de buscar la ratificación por otro período similar.
De confirmarse lo anterior, ahora sí estará a prueba la verdadera autonomía de la Auditoría Superior del Estado y a ver si ya deja de ser la oficina a donde eran enviados los amigos de los diputados, aun y cuando del asunto no conocieran nada, pues lo importante era darles “chamba”.