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Julio César Hernández
La suerte de Augusto Valencia López como zar anticorrupción estaba echada desde antes de que arrancara la administración de Jorge Aristóteles Sandoval Díaz, cuando sus más cercanos colaboradores advirtieron en el protagonismo del ex presidente del Instituto de Transparencia un riesgo para el naciente gobierno priista.
Y así fue. Un círculo cercano de colaboradores le advirtió a Sandoval Díaz el riesgo que existía si como zar anticorrupción Valencia López tenía un protagonismo como el que lo caracterizó al frente del ITEI y que le causó bastantes diferencias con funcionarios en turno. Cuentan que hubo quien le advirtió al ahora alcalde que Augusto podría convertírsele en un “dolor de cabeza”.
Además, no pasó desapercibido que el ahora ex funcionario municipal contaba con una “buena prensa” que estaría siguiéndole los pasos de cerca, con lo que se convertiría en una competencia mediática para Aristóteles Sandoval.
Quizás por eso hay quienes advierten que se tardó bastante tiempo la creación de esta Oficina Anticorrupción y, ya creada, el que no se le hayan dado a Valencia López todos los instrumentos que solicitaba para el funcionamiento de su labor, a fin de mantenerlo con un “bajo perfil”.
Ahora habría que conocer si deveras con lo que tenía Augusto Valencia no podía trabajar o simplemente requería tener el escenario protagónico que mantuvo al frente del ITEI. ¿Usted qué cree?