Dando por cierto -pues al momento de escribir estas líneas no lo han desmentido ni el Gobierno del Estado ni la Universidad de Guadalajara, ni el gobernador y ni el rector general-, que Enrique Alfaro Ramírez y Ricardo Villanueva Lomelí se reunieron el sábado pasado por la mañana “en lo oscurito” y que hoy más tarde volverán a verse la cara, pero ahora con la presencia del secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, vale preguntarse:

¿En qué condiciones llegó el sábado y llegará hoy lunes Ricardo Villanueva Lomelí a Casa Jalisco a su reunión con Enrique Alfaro y Adán Augusto López?:  1. ¿Como Rector General, representante de toda la comunidad universitaria e interlocutor ante los gobiernos estatal (Alfaro) y federal (López Hernández)? 2. ¿O como “rehén” del gobierno del Estado, con la “espada de Damocles” encima, víctima de una persecución “política”-judicial, con la presunción de que se le abra una carpeta de investigación y la amenaza de ser detenido por presuntos ilícitos como secretario de Finanzas en el gobierno de Jorge Aristóteles Sandoval Díaz, como el propio Villanueva Lomelí lo denunció nada menos que ante el mismo Consejo General Universitario apenas en marzo pasado?

Esto no es cosa menor si recordamos las palabras de Villanueva Lomelí ante el Consejo General Universitario. Incluso, trascendió que este asunto llegó semanas atrás hasta la propia oficina de Adán Augusto allá en Bucareli, por lo que no podemos descartar que sea, entre otros, tema a tratar hoy en Casa Jalisco.

Aquel 10 de marzo pasado, en el Paraninfo universitario, Ricardo Villanueva denunció que en la Fiscalía Anticorrupción existe una carpeta de investigación en la que se le pretende culpar de malversación de fondos cuando fue secretario de Finanzas el sexenio anterior. Reiteró lo que días antes había declarado a los medios de comunicación: que la Fiscalía Anticorrupción presionó a uno de los detenidos (Felipe “N”) para que, a cambio de obtener su libertad, implicara a Villanueva Lomelí en una malversación de fondos que se habría registrado en la Comisión Estatal del Agua. Textualmente, el rector dijo en el Paraninfo:

 “Es una investigación que lleva cuatro años. Se le pidió a uno de los detenidos en Puente Grande, un jueves, se le pide que si me menciona se le dará permiso para que lleve su caso en libertad. Sabemos que en la Fiscalía Anticorrupción están redactando, junto con los abogados, una declaración en la que me quieren mencionar, con un criterio de oportunidad, donde si me menciona esta persona tendrá oportunidades”, y agregó:

“Tengo claro que el gobernador, el Ejecutivo, está presionando al Fiscal para que se amplíe la declaración; cuatro años después van ampliar la declaración de un detenido, ese detenido gozó de libertad a los cuatro días que le piden que firme documentos, y lo que se intenta es manchar mi nombre como ya lo hicieron en 2015, porque sé bien que una mentira repetida miles de veces genera daño. No voy a permitir que dos veces en mi vida me vuelvan a hacer lo mismo, tengo familia y ya soportaron una vez una guerra sucia con mentiras”.

Advirtió entonces que es una de las represalias por defender a la Universidad de Guadalajara ante “el gobierno autoritario” de Jalisco, y previó más mentiras y actos de difamación en su contra.

¿Se olvidará este escenario que el propio Villanueva Lomelí denunció se construye desde el gobierno del Estado en su contra, en esta primera reunión que sostendrá con el gobernador Alfaro Ramírez, tras la declaración de “guerra” que éste les hizo, y obligada por la muerte del líder Raúl Padilla López? ¿Habrá “borrón y cuenta nueva”? ¿Intervendrá el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, a favor del rector general o simplemente le “dará vueltas” al asunto y dejará que Ricardo Villanueva se defienda con sus propias “uñas”?

Al tiempo…