Por Julio César Hernández


La moneda que habrá de definir el futuro de Jorge Vizcarra Mayorga está en el aire, y será cuestión de horas para conocer si al caer –cara o cruz- será en su favor o será en su contra. Esto es, si se le dicta auto de libertad o auto de formal prisión.


Y también es cuestión de horas –no de semanas ni de meses- conocer que si le conceden el auto de libertad regresará o no a reasumir su cargo como presidente municipal de Tonalá.


Apostamos a que si sale en libertad, estará despachando nuevamente en la oficina principal de la Presidencia Municipal tonalteca.


No tiene por qué no hacerlo si el juez lo absuelve de las acusaciones que en su contra hizo la Procuraduría General de Justicia del Estado, toda vez que de los dos testigos en su contra, uno de ellos, Rubén Darío Gómez, reveló que las declaraciones en contra del ex edil le fueron arrancadas bajo tortura; y el otro, Omar Melquiades Fajardo, se negó a comparecer y carearse con el ex alcalde.


Ahora el balón está en la cancha del juez décimo sexto de la criminal, Jorge Luis Solís Aranda, quien ayer anunció que hoy a las diez de la mañana daría a conocer su resolución.


Valga decir, por último, que se conoció que ayer por la tarde el procurador Tomás Coronado Olmos estuvo en Casa Jalisco.