Por Julio César Hernández

Contra lo que para algunos es evidente, Arturo Zamora Jiménez negó que el rector de la Universidad de Guadalajara, Carlos Briseño Torres se haya convertido en el jefe de su grupo político.

“Jajajajaja… No, ese es el tipo de rumores de radio pasillo. No, no hay nada de cierto en eso”, respondió Zamora Jiménez a la pregunta planteada.

Explicó que si él se ha alejado de las actividades partidistas es “porque después del proceso electoral había que recomponer situaciones familiares, profesionales, académicas y siempre he estado en el lugar donde me llaman. A donde no soy invitado, no estaré”.

Sobre cómo ha reconstruido su prestigio personal, luego de la guerra sucia que se dio durante la campaña por la gubernatura, explicó: “De una manera muy sencilla. Al regresar a mi oficina notarial, he recuperado asuntos muy importantes de la iniciativa privada, representando a diferentes empresas y, desde el punto de vista académico, con un gran reconocimiento a nivel nacional e internacional a través de la publicación de varios artículos”.

Arturo Zamora Jiménez aceptó que algunos aspirantes a la dirigencia estatal del PRI se han acercado a él en espera de que sea el “Gran Elector”.

La pregunta fue clara y directa:

-¿Hay aspirantes que te buscan creyendo que puedes ser el gran elector por la dirigencia?

– Sí. He tenido comunicación con todos los que han manifestado su interés de aspirar al partido, y por supuesto que es importante escucharlos para saber quién puede reunir las características y condiciones que en este momento exije la dirigencia.

Le preguntaron si él aspiraba a este cargo y respondió:

“No estoy en condiciones de decir qué me interesa y que no me interesa en este momento, porque el partido tiene grandes retos y ante ellos yo no sería parte del problema; más bien aspiro a ser parte de la solución”.

En cuanto a que si en su calidad de excandidato a gobernador será un factor determinante en el proceso de relevo de la dirigencia estatal del PRI, dijo: “Debo contribuir con mi opinión como un militante más. Esa es mi labor y eso es lo que voy a realizar”.

Sobre si guarda rencor a sus adversarios políticos, pontificó:

“No, no, definitivamente. Hay de aquel que guarde rencores en su mente, en su alma y en su corazón, porque termina enfermándose. Hay de aquel que no supere con madurez las circunstancias difíciles que ha pasado. Para mí estas son lecciones de vida en las que se aprende. Y definitivamente yo no tengo ni le deseo ningún mal a nadie”.