No era con el propósito de fastidiar, pero en Marcatextos advertimos en muchas -sí, muchas- ocasiones, que Jalisco y los jaliscienses iban a pagar un costo muy alto por el enfrentamiento del gobernador Enrique Alfaro Ramírez en contra del presidente Andrés Manuel López Obrador, la Cuarta Transformación, el gobierno federal -refiriéndonos a algunos integrantes del gabinete-, que arrancó cuando aún no tomaba posesión del cargo sino simplemente era gobernador electo.

El haberle “leído la cartilla” al presidente López Obrador desde la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres -foto- ha tenido un costo muy alto en estos primeros tres años de administración naranja.

Por cuarta ocasión consecutiva el gobierno alfarista vuelve a quejarse y lamentar que el gobierno lópezobradorista no incluya en su Presupuesto de Egresos para el año próximo recursos para los llamados “proyectos estratégicos” a los que a lo largo de este tiempo el Ejecutivo federal ha prometido de palabra que apoyará. Pero únicamente ha sido eso: promesas de palabra.

Pero a diferencia de otros años, en esta ocasión el anteproyecto del Presupuesto sí contemplaba recursos para algunas de estas obras, aunque la verdad era un monto irrisorio para el costo total, pero cuando llegó al recinto Legislativo de San Lázaro fueron “borrados” de un “plumazo”. Y hoy volvemos a tener el mismo escenario del 2019, 2020 y 2021, años en los que se tuvo la esperanza de que se corrigiera y ampliara dicho presupuesto, cosa que nunca sucedió.

Si nos remontamos a los finales del 2018 y repasamos los años posteriores hasta el actual, recordaremos que el gobernador electo Alfaro Ramírez reclamaba recursos para la ampliación de la planta de tratamiento de El Ahogado, para el saneamiento del Río Santiago; para la ampliación de la carretera a Puerto Vallarta; para la Línea 4 del Tren Ligero; y para el Peribús, pero todo se quedó en eso: en un mero reclamo.

El lamento de los años anteriores lo volvemos a escuchar ahora, pero lo que no hemos escuchado es un “mea culpa”, un reconocimiento de haber incurrido en el error garrafal de enfrentarse al presidente López Obrador y a su gobierno, y no sólo en lo individual sino lidereando, además, un movimiento opositor con otros gobernadores bajo el nombre de la Alianza Federalista que terminó en fracaso.

Se asegura que tampoco hay recursos asignados para la presa El Zapotillo, pero de entrada hay que tomar en cuenta que esa es una obra federal y que lo que se destinará para trabajos en la zona se les entregará directamente a los pobladores de los poblados Temacapulin, Acasico y Palmarejo. El compromiso del presidente López Obrador así lo anunció y el compromiso que hizo fue con los pobladores, no con el gobernador ni el gobierno del Estado. O sea que los recursos que se destinen a esta presa no pasarán por las arcas estatales.

Reitero: Creer que se podía romper la regla de nunca pelearse con el presidente sin que hubiera consecuencias; creer que frente a las ambiciones políticas con miras al 2024 todo era posible; y creer que la frase presidencial de que “perdono, pero no olvido”, no tendría repercusiones en Jalisco, ya estamos viendo que no es así.

Y como siempre -lo reitero una vez más-, quienes pagan los “platos rotos” son los jaliscienses.

La pregunta que queda es: ¿será esta la constante en lo que resta del sexenio?

Apuesto a que sí… y si no, al tiempo.