No hay duda que hoy es un político el que tiene las riendas del club de futbol Atlas y que como político, Eugenio Ruiz Orozco recurrirá a su habilidad, contactos, experiencia y relaciones para sacar a tan popular equipo de la severa crisis económica en el que lo dejaron sus anteriores directivos, todos ellos empresarios.
Sí, los expertos en economía y finanzas, todos ellos supuestamente exitosos hombres de empresa, algunos inclusive encabezaron organismos cúpula del sector privado o de algunos organismos empresariales, hundieron financieramente a un equipo de futbol que si bien solamente ha ganado un campeonato en toda su historia en la primera división del balompié mexicano, mantiene la fidelidad de cientos de miles de seguidores.
No sabemos qué sucedió con los hombres de “pantalón largo” -como refieren los comentaristas deportivos- que no pudieron cuidar los pesos de un club de futbol como cuidan los de sus empresas particulares, aunque a decir verdad varios de ellos las han enviado también a la ruina.
Tan aguda está la crisis de este equipo de futbol, que Ruiz Orozco no ha tenido empacho en advertir que hasta pudiera desaparecer del mundo deportivo.
Y lo dice con esa tranquilidad de saberse ajeno a las causas que hoy tienen al Atlas al borde del precipicio, pero con la responsabilidad de no engañar a su fiel afición ni generarle falsas expectativas ante la triste realidad que enfrentan.
El “colmillo” de Eugenio Ruiz Orozco como político, se advirtió cuando ante la protesta de un grupo de seguidores afuera del club, con pancartas de crítica y reproche a sus directivos, no se escondió ni mando impedirle el paso a los inconformes como se hizo en otras ocasiones; por el contrario, pidió hablar con ellos y les dio la cara, sólo para exponerles la realidad de su club.
Ruiz Orozco quiso ser presidente del Atlas, pero la ambición y el contubernio de algunos empresarios se lo impidieron. esos empresarios que le ganaron la contienda al ex alcalde priista y que tuvieron en sus manos las riendas del club en el último año, a punto estuvieron de enviar al equipo al descenso.
Hoy estos directivos-empresarios, y quienes les antecedieron, que provocaron la seria crisis económica, no han dado la cara, incurren en el “síndrome del avestruz”, dejándole todo el paquete a la directiva actual que, valga decirlo, tiene la responsabilidad de sacar adelante a este equipo.
Y eso ha obligado a Ruiz Orozco ha recurrir, incluso, al gobierno estatal en busca del apoyo económico necesario, pero se enfrentó a una reacción en contrario de hasta sus propios seguidores. Y es que no es para menos, los gobiernos panistas que antecedieron a Jorge Aristóteles Sandoval se dedicaron a despilfarrar los recursos públicos en apoyo a eventos, organismos y empresas privadas sin ningún beneficio social.
“La burra no era arisca, la hicieron”. Y con esto ha topado Ruiz Orozco, quien ya advirtió que difícilmente recibirá el auxilio del gobierno estatal y ahora tendrá que ir a tocar otras puertas…
¿Y por qué no las puertas de los directivos que hundieron al Atlas y que hoy lo tienen al borde de desaparecer?
¡Sería lo más justo! ¿O no?