El primer desencuentro de la Universidad de Guadalajara con el gobierno del Estado se dio el 19 de abril cuando el partido Movimiento Ciudadano, que preside el diputado Ricardo Rodríguez, lanzó una campaña de propaganda a su favor en redes sociales aprovechándose de la alianza entre ambas instituciones y partidizando la lucha contra el coronavirus bajo el lema: “Vamos a encontrar a los enfermos, cuidar su salud y salvar vidas”.

En su redes sociales, el rector general Ricardo Villanueva Lomelí se deslindó de la campaña y recriminó al partido del gobierno aprovecharse y obtener ganancias con un serio y grave problema de salud que agobia a los jaliscienses.

En Twitter, junto a la imagen propagandística de MC -con todo y su logotipo del águila juarista- donde aparece la fotografía del gobernador Enrique Alfaro y el escudo de la UdeG, Villanueva escribió:

“(…) Lamento profundamente que los partidos no dejen de pensar en cómo capitalizar electoralmente las acciones realizadas para acabar con la pandemia, cuando no hay nada qué festinar.

“Es mi deber aclarar que la única causa de la Universidad de Guadalajara en esta coyuntura es cuidar la vida de todas y todos, que el único enemigo es el virus y que no hacemos las cosas para que ningún partido político se beneficie…”.

Pero antes y después de esto, todo fue “miel sobre hojuelas” entre el gobierno alfarista y la UdeG. El romance se mantuvo -¿está bien hablar en pasado?-. La entrega de la Máxima Casa de Estudios a Enrique Alfaro fue total. Incluso hasta se enfrentó al gobierno federal por respaldar el juego alfarista de competir con el lópezobradorismo.

Y ahí están los testimonios.

  1. El desplegado donde anuncia la instalación la Sala de Situación en Salud y en el que reclama al gobierno federal la adquisición de pruebas rápidas.
  2. El apoyo incondicional al primer confinamiento de cinco días, y luego de cuatro y posteriormente al obligatorio hasta el 30 de mayo porque así lo determinó el gobierno federal.
  3. No reparó en crear y poner a su disposición el Modelo Predictivo bajo el que se fundamentaban las decisiones del gobierno.
  4. El “espaldarazo” a la exigencia de Alfaro del cierre de aeropuertos a vuelos procedentes de ciudades de países donde existiera cercos sanitarios o situaciones de emergencia -que por cierto nunca les hicieron caso-, aun y cuando ello les representara enfrentarse al gobierno federal.
  5. Secundar al gobernador Alfaro en su insistencia por adquirir pruebas rápidas, no obstante que eso significara confrontarse con el lópezobradorismo.

Acciones como las anteriores, varias más. Sin embargo, ¿qué ganó la Universidad de Guadalajara con todo esto? Por lo visto, nada; al contrario, mucho perdió. Pero sería interesante conocer lo que no vimos… si es que lo hay.

Y ahora surge este fuerte diferendo sobre el mejor momento para comenzar con la reactivazión económica, pues mientras el gobernador Enrique Alfaro se empeñó en programarlo para el próximo lunes 18 de mayo -aún y contra lo recomendado por el gobierno Federal-, la Universidad de Guadalajara, a través de su Sala de Situación en Salud reiteró que debería de reactivarse a partir de 1 de junio.

El comunicado de prensa de la UdeG donde hace ver su postura sobre las fechas del reinicio, fue difundido como “reguero de pólvora” en redes sociales y en los portales informativos, pero lo que mucho llamó la atención fue que el rector Villanueva Lomelí no sólo difundió el comunicado completo sino que en Twitter lo dejó como “Tweet fijado”, y el texto con que cerró su día en esta red social:

” Si todos entendemos por “Fase 0” como la etapa de preparación de protocolos (en la que no se abren negocios ni se relajan medidas) para después evaluar la implementación de la estrategia de reactivación, con una reapertura gradual a partir del 1 de junio, no hay litis!”.

¿Qué sigue?…. al tiempo.