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Julio César Hernández
¿A dónde va el Partido Nueva Alianza al haber roto su alianza con el PRI en el Congreso del Estado, en vísperas de que los nuevos 39 diputados rindan protesta como integrantes de la LIX Legislatura?
¿Habrán analizado y evaluado los costos que este rompimiento puede traerles a mediano y largo plazo? ¿Pueden romper una alianza en el Congreso y esperar que ésta se mantenga en los 89 municipios donde tienen 113 regidores? ¿Apostará el PRI al pragmatismo de “apechugar” esta traición en el Congreso y seguir en coalición en los Ayuntamientos como si nada hubiese sucedido?
Los dos comunicados de prensa que el PANAL ha emitido en el lapso de apenas una semana están plagados de mentiras que simplemente comprueban que los partidos minoritarios son en realidad “franquicias” familiares o de grupos muy alejados de los intereses de la sociedad, y ponen en evidencia que es urgente que se incremente el porcentaje de votos que se requieren para que un partido mantenga su registro como tal, a nivel nacional.
En apenas una semana, un comunicado y otro se contradicen. El emitido el día 12 asegura que “de ninguna manera podemos hablar de una ruptura con el PRI…”, mientras que en el segundo, además de confesar descaradamente que “anteponiendo los intereses partidistas” (…) “los mimebros de la Junta Ejecutiva Estatal de Nueva Alianza en Jalisco (…) han decidido (…) conformar el grupo parlamentario independiente ‘Nueva Alianza’…”.
Mienten al señalar que “de acuerdo a lo dispuesto en la Ley Orgánica del Poder Legislativo -sin especificar artículo alguno-” deciden “conformar el grupo parlamentario independiente ‘Nueva Alianza’…”, pues el artículo 24 de la referida Ley, establece claramente: “Sólo puede existir una Fracción o Grupo Parlamentario por partido político con representación en el Congreso del Estado”.
Como se sabe, el PANAL no tiene representación en el Congreso, pues como partido perdió el registro y sus dos diputados, Javier Gil Olivo y Ana Bertha Guzmán, lo son por la vía plurinominal y representantes de la “Alianza por Jalisco”, que integraron el PRI y Nueva Alianza.
En el primer comunicado el PANAL asegura que junto con el PRI “estamos trabajando ´para formar estrategias que permitan responder favorablemente a las demandas de los habitantes de cada uno de los municipios que confió en el cambio y que emitió su voto a favor de la ‘Alianza por México’; en el segundo, afirma que con su rompimiento con el PRI, “se beneficia a toda la población de Jalisco al asegurar que los grupos minoritarios tengan un peso estratégico en todas las decisiones que se tomen en la próxima legislatura…”.
En su segundo boletín, Nueva Alianza confiesa que “derivado de los resultados electorales, podemos afirmar que la decisión de formar la coalición fue una estrategia exitosa”, sí, pero engañosa porque contendieron bajo una sola plataforma política como coalición y así se lo ofrecieron a los electores.
Así, pues, preguntamos: ¿A dónde va Nueva Alianza con su estrategia de ofrecerse al mejor postor, sin importarle haber engañado a la ciudadanía?