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Julio César Hernández
Para el senador Ramiro Hernández García no hay duda que el priismo obtuvo “carro completo” en las elecciones del pasado domingo, pues no obstante que la alianza PAN-PRD ganó la gubernatura en Puebla, Oaxaca y Sinaloa, lo hizo con candidatos surgidos de las filas del PRI al que renunciaron hace pocos meses.
“En las derrotas del PRI hay una lectura equivocada de que los partidos que formaron la alianza son los partidos que están ganando. Mi pregunta es: ¿qué gana uno y qué gana otro? Como alianza creo que ganan, pero no sé qué, no sé cuánto ni tampoco sé cuál de ellos, porque en los tres estados que ganaron no son candidatos propios.
“El PRD no puede decir que uno de sus militantes está ganando una gubernatura, como tampoco lo puede decir el PAN. Sin embargo, el PRI sí lo puede decir, con pena, porque no es gratificante que un militante (priista) hasta hace algunos meses esté llegando a la gubernatura por un partido diferente y le gane al candidato del PRI”.
Agregó que si fuera en términos de resultados, “el PRI estaría ganando aun con las siglas de otro partido si tomamos en cuenta quién llega, en términos de la persona, a ocupar esa posición (la gubernatura). Si lo vemos en términos de partido, yo no sé qué festeja Nava o qué festeja Ortega, pues lo único que están salvando es su “pellejo” y lavándose la cara ante sus militantes que los criticaron fuertemente por las decisiones que tomaron.
Delegado del PRI en Tamaulipas, Ramiro Hernández dijo que el triunfo ampliamente de su partido “fue una victoria de esas que no se festejan. Ayer el partido estaba un tanto desolado, parecía una cuestión de trámite”, y explicó que si hubo poca afluencia de votantes -alrededor del 40%- fue por temor o miedo y porque se daba por hecho de que el PRI ganaría sin mayores problemas.