Resulta muy fácil que el gobernador Enrique Alfaro Ramírez pierda la compostura cada vez que escucha las palabras: “UdeG” (Universidad de Guadalajara); “FEU” (Federación de Estudiantes Universitarios); o “Rector” (Ricardo Villanueva Lomelí), y su primera reacción al escucharlas es mencionar, sin motivo alguno, el nombre del ex rector y líder del Grupo Universidad, Raúl Padilla López, quien al parecer se ha convertido en su obsesión… quizás hasta histórica.

Pero en otra pista, la de la movilización estudiantil, manifiesta su irritación lanzándoles en contra a los cuerpos policíacos que, además de los empujones y jaloneos en varias de aquellas, ya llegaron al grado de “levantar” y desaparecer a algunos estudiantes por varias horas, como sucedió a principios de junio del 2020 por el caso del joven Giovanni.

El desencuentro más reciente entre estudiantes y elementos de seguridad se dio en la inauguración del Peribús, y seguramente no será el último.

Por ello, todo indica que en la “guerra” declarada por el gobernador Alfaro en contra del ex rector Padilla López, cuyo primer golpe público lo dio con la reasignación de los 140 millones de pesos del Museo de Ciencias Ambientales al Hospital Civil del Sur, los estudiantes de la FEU, encabezados por su presidente Javier Armenta, serán protagonistas y jugarán un papel importante, para lo cual el mismo Mandatario estatal parece estarles dando los motivos necesarios.

Aquel “levantón” y desaparición de estudiantes en las inmediaciones de la Fiscalía General ya se le conoce como el “Halconazo”, en referencia a los hechos de represión estudiantil de 1970 durante el gobierno del centenario ex presidente Luis Echeverría Álvarez y porque fue ejecutado presuntamente por elementos ajenos a la misma Fiscalía, cuando ya es sabido por propios y extraños que eso no fue cierto.

Hay que reconocer que hasta el momento la prudencia ha reinado en las dos partes -estudiantes y cuerpos de seguridad-, y las cosas en las marchas y manifestaciones no han llegado a cosas mayores en donde tengamos que lamentar hechos de sangre. Sin embargo, la “mecha” ahí está y con un alto riesgo de que alguien pueda encenderla en cualquier momento, lo que indudablemente tendría un altísimo costo para Enrique Alfaro, su gobierno, y quizás hasta para su propio partido Movimiento Ciudadano en todo el país.

El pleito de Alfaro contra Padilla sube cada vez más de tono, y si las cosas no se enfrían a tiempo las consecuencias podrían ser desastrosas para el primero y para todo su proyecto político y el de su partido. Al menos los antecedentes registran que, como dijo Villanueva Lomelí, rectores pasan, gobernadores pasan, pero la Universidad continúa… y Raúl Padilla, de facto, al frente de ella (esto último es de mi cosecha, no del rector). ¿O en esta ocasión el final será diferente?

¿Acaso el origen de este desencuentro -totalmente político, a decir de quienes saben de ello- entre Padilla y Alfaro determinará hasta dónde y cuándo llegarán las cosas o el rompimiento no tiene fecha de reconciliación, por lo menos antes del 2024? Si es así, entonces advirtamos que de seguir las cosas como van, no nos extrañe que “la sangre puede llegar al río”.

Reitero, este conflicto tiene “mecha” y cualquier mano puede encenderla. Hacemos votos porque no sea así, pero el ambiente parece propicio.

Al tiempo….