El martes pasado el presidente Andrés Manuel López Obrador recurrió a su estrategia de distracción -que buenos dividendos le ha dado en ocasiones anteriores-, y en medio de la crisis por la pandemia del coronavirus propuso adelantar la consulta sobre la revocación de mandato.

Prevista para marzo del 2022, López Obrador planteó en su tradicional “mañanera”: “Qué les ofrezco a los conservadores, con todo respeto. Que sea el pueblo, de manera pacífica, el que decida. Les ofrezco adelantar la fecha, que la revocación de mandato no sea hasta 2022, que la hagamos aprovechando que van a hacer elecciones el mismo día”, refiriéndose al proceso del primero de junio del 2021 cuando se elegirán diputados federales.

Sobre decir que la oposición de inmediato le reviró y lo llamó a concentrarse y atender lo que hoy es importante y vital para el país y los mexicanos: la pandemia Covid-19, y dejar para después sus ansias de reelección.

Si alguien en el país no ha estado a la altura de las circunstancias y de la gravedad del problema ha sido el presidente López Obrador, quien lo ha minimizado y demostrado una falta de sensibilidad tanto para quienes se contagiaron del virus como para quienes lamentablemente perdieron la vida. Su actuación ha sido una falta de respeto para todos estos mexicanos. Y dos joyas como muestra de ello son: su ridícula rifa del avión presidencial y ahora el proponer adelantar la consulta sobre la revocación. De esta magnitud es nuestra realidad en Palacio Nacional.

Ante esto, ¿qué costó pagará Andrés Manuel, Morena y la 4T en el proceso electoral del 2021? Sería ingenuo creer que en marzo del 2022 el resultado de la consulta será a favor de que deje la presidencia. Eso no ocurrirá. Pero en junio del 2021 la ciudadanía sí puede enviarle un serio mensaje de repudio, aún y considerando que ha hecho añicos a la oposición convertida hoy en un triste fantasma. Y ese mensaje podría ser un alto índice de abstencionismo que, eso sí, puede ser aprovechado por sus adversarios políticos.

Hay quienes consideran que uno de los caminos que tiene enfrente López Obrador para no ser arrastrado por un fuerte descenso de Morena en la preferencia ciudadana el 2021, es declarar que renuncia a sus derechos políticos dentro del partido que creó y fundó a imagen y semejanza, para no renunciar a él como otros lo han apostado, pues no puede renunciar a tener una bancada legislativa presidencial.

Por lo pronto, quienes deben de estar preocupados del futuro que les espera electoralmente son los morenistas que no terminan por crear su propia estructura a nivel nacional y siguen desperdigados a lo largo y ancho del país.

Y si no, al tiempo…