Por Julio César Hernández

En los últimos años, cuando de la reforma política se trata, dos temas han sido motivo de discusión y hasta la fecha nada se ha concretado. Nos referimos a la ampliación del período de gobierno de los alcaldes y/o su reelección, al igual que el de los legisladores.

En son de broma, mucho se ha dicho que con el actual período de gobierno de tres años, los alcaldes apenas están aprendiendo a hacerlo cuando ya tienen que entregar el cargo.

Quienes han ocupado el cargo de munícipes, manifiestan en su momento que tres años de gestión es poco tiempo para poder llevar a cabo un programa de gobierno a fondo, y es común que muchas de las obras y acciones que dejan pendientes, no son continuadas por sus sucesores.

En este sentido, ya no es una “blasfemia” –como pudo serlo antes de las reformas salinistas, cuando muchos mitos cayeron- hablar de la reelección de presidentes municipales, aunque otros tratan de ser más sutiles con este punto y hablan de la necesidad de ampliar el período de gobierno municipal.

En este sentido, el alcalde tapatío Alfonso Petersen Farah anunció ayer que el Ayuntamiento de Guadalajara presentará ante el Congreso del Estado, en el transcurso de los próximos 30 días, una iniciativa que reformaría la Constitución del Estado para que el período de gobierno municipal pase de tres a cuatro años.

Indicó que, al mismo tiempo, la Asociación de Municipios de México (AMMAC) estaría impulsando ante el Congreso de la Unión una iniciativa similar y, además, otra que permita la reelección de los munícipes.

O sea que mientras los Ayuntamientos impulsarían –recomienda Petersen- la ampliación del período gubernamental, la Asociación promovería esta propuesta y la figura de la reelección.

Sin duda que dos pasos importantes en la vida política del país, aun y cuando sólo uno de ellos se lograra concretar.

En este sentido, bien vale plantear: ¿ampliación o reelección?

Si se llegase a aprobar la ampliación del período de gobierno municipal, tendríamos que preguntarnos si basta un año más de gestión para que los alcaldes logren concretar en lo más posible sus proyectos y obras.

En cambio, quizás sea más conveniente y ventajoso para la ciudadanía que una buena administración municipal pueda no sólo durar tres o cuatro años sino seis, mediante la reelección por una ocasión más.

A reserva de que el tema merece un análisis más de fondo, hay que anotar que con un período municipal de cuatro años se rompe con el calendario de elecciones concurrentes en Jalisco, al no coincidir con la elección de diputados locales y posteriormente con los comicios federales.

Con la figura de la reelección, en cambio, se mantiene la elección concurrente y quizás sea más benéfico que un alcalde que hizo un buen gobierno de tres años, merezca la confianza ciudadana para continuar en el cargo por un período similar, apostando a que cumpliría igual o mejor con su labor y así tendría seis años para concluir sus obras y proyectos.