El siete de julio del año pasado el gobernador Enrique Alfaro Ramírez, a través de un video grabado en Palacio de Gobierno y difundido en sus redes sociales, dijo: “Movimiento Ciudadano ha optado por una ruta que no entiendo, ni en sus tiempos ni en sus formas. La opinión de quienes desde Jalisco tanto le hemos aportado a este partido dejó de ser importante para quienes toman las decisiones nacionales…”.

Ese mismo día, el dirigente nacional de MC, Dante Delgado Rannauro, declaró: “En cuanto a Enrique Alfaro (…), de su mensaje, lo único que no comparto es la falta de diálogo; lo ha existido siempre y de forma cotidiana. Él lo sabe…”.

Uno o dos días después, en una entrevista matutina con Ciro Gómez Leyva, Alfaro Ramírez denunció: “Dante Delgado y la dirigencia de Movimiento Ciudadano me aplicaron un diálogo simulado durante los últimos meses…”.

Siete meses después, Dante Delgado y la dirigencia nacional siguen haciendo “oídos sordos” al reclamo de Alfaro Ramírez, por lo que Movimiento Ciudadano Jalisco, ahora a través del senador Clemente Castañeda Hoeflich, sigue reclamando y exigiendo ser escuchado con la autoridad que le da lo que le ha aportado electoralmente al partido: “Pedimos respeto a todas y todos, y todas y todos tenemos derecho a opinar sobre las decisiones que nos afectan (…). Queremos ser tomados en cuenta para definir una estrategia nacional, siempre con perspectiva local (…). Los aportes electorales y gobiernos probados refrendados no pueden ser ignorados y deben ser tomados en cuenta en el dibujo final de las candidaturas…”.

Si Dante Delgado le aplicó durante varios meses “un diálogo simulado” al primer gobernador de Movimiento Ciudadano, al líder político que le dio a MC su primera gubernatura, a quien no sólo fue factor determinante para sumarle votos a su partido sino para tener hoy las prerrogativas que seguramente el veracruzano jamás se imaginó que algún día recibiría, ¿qué motivo puede hacerlo escuchar al emecismo jalisciense ahora cuando prácticamente fue “secuestrado” por la frivolidad y ha puesto todas sus cartas a favor de “Lo Nuevo”, de lo “fosfo fosfo”, de la política a través de los tik tok’s, con cervezas y botanas sobre la mesa?

El tiempo que ha transcurrido desde julio pasado a la fecha demuestra que Dante Delgado no tiene la mínima voluntad política ni personal de restablecer, de rehacer su relación política con Movimiento Ciudadano Jalisco, con el Grupo Jalisco alfarista y con el propio Enrique Alfaro.

No hay duda: La relación entre Dante y Alfaro es irreconciliable.

¿Por qué ese desprecio de Dante para el emecismo jalisciense? ¿Por qué cree que ya no lo necesita? ¿Cuál es la verdadera razón del rompimiento con Alfaro como para, incluso, poner en riesgo todo lo ganado desde 2012 cuando estuvieron a punto de ganar la gubernatura? ¿De veras su apuesta está colocada en el Grupo Nuevo León, que sólo lo integran Samuel García y Mariana Rodríguez, aderezado con la inclusión del precandidato presidencial Jorge Álvarez Máynez y del precandidato de la jefatura de la Ciudad de México, Salomón Chertorivski, porque no podemos incluir en él al alcalde regiomontano Luis Donaldo Colosio Riojas?

Se creyó interpretar que en octubre pasado, durante la inauguración del Museo Efímero montado en el Senado de la República conmemorando los 200 años de Jalisco como estado soberano, la reconciliación entre ambos personajes estaba a la puerta cuando Dante Delgado estuvo presente en la ceremonia y hasta bromeó con Alfaro. Se les captó contentos y riendo a carcajadas, como se muestra en la fotografía que acompaña este texto. Pero las esperanzas murieron horas después, porque todo volvió a ser como era antes de ese evento… y como lo es hasta la fecha.

Más de siete meses sin escuchar al emecismo jalisciense y, por el contrario, imponiéndole el candidato a la gubernatura, hace más que evidente creer que para Dante Delgado el Grupo Jalisco le ha dejado de ser útil, que considera que ya no depende de él para ganar elecciones, y principalmente, para asegurar el registro del partido.

Lo sucedido con el “destape chelero” de Jorge Álvarez Máynez como precandidato presidencial, reafirmó las diferencias y el distanciamiento existente entre Dante Delgado y Enrique Alfaro. Por eso, si durante siete meses el dirigente nacional no ha escuchado al emecismo jalisciense -y por eso el reclamo y reproche de Clemente Castañeda el martes en la arena de los “Astros”-, ¿se hará el “milagro” que lo haga ahora en vísperas de las campañas electorales?

Al tiempo…