La detención y posterior liberación -condicionada- de los tres jóvenes universitarios, Javier Armenta, Ilich Cisneros y José Alexis Rojas, destapó la “cloaca” que existe en torno al llamado Distrito Iconia, en Huentitán, que ha sumido en un “atolladero” al gobernador Enrique Alfaro Ramírez, en su paso por la alcaldía de Guadalajara, y al actual munícipe Jesús Pablo Lemus Navarro, quien dice estar “atado de manos”, pero no lo está por la ley sino por los intereses que hay detrás de este desarrollo inmobiliario y a los que él no se atreve tocar.

Alborotaron el avispero y ahora no saben cómo controlarlo.

A partir de que Javier Armenta, entonces presidente de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), inició la protesta y resistencia como vecino de Huentitán en contra del desarrollo inmobiliario en este lugar, se convirtió en un tema de preocupación en Casa Jalisco. Tanto, que en aquel encuentro que sostuvieron poco después de mediados del año pasado el gobernador Alfaro Ramírez y el rector Ricardo Villanueva Lomelí, una de las condiciones que planteó el primero para restablecer el diálogo fue que Armenta dejara por la paz el tema de Huentitán. Fue la ocasión en la que Villanueva denunció a los medios que el Mandatario le pidió que la Universidad no opinara sino hasta después del 2024, entre otras cosas, y que provocó que él abandonara la reunión.

¿Por qué esa petición del Gobernador al Rector General? ¿Será porque podría salir a la luz pública todo lo que hoy se sabe gracias a las investigaciones periodísticas que revelan las modificaciones que se hicieron al contrato original del 2008, en 2016 cuando Alfaro Ramírez era presidente municipal y se validó la irregular transmisión de operaciones de Mecano a Operadora Hotelera Salamanca contraviniendo el contrato porque se hizo sin el consentimiento del Ayuntamiento y se desincorporó del Fideicomiso la superficie que se entregó a OHS, que a su vez vendió, sin que se cumplieran los compromisos a los que estaba obligado cumplir, entre otras cosas? ¿O por qué este tema de Huentitán se convirtió en una obsesión del Ejecutivo estatal, cuando ahora asegura que “es un pleito entre particulares” en el que el gobierno del Estado no tiene nada qué ver? ¿Qué más no se sabe de lo que hay detrás de este asunto y que pudiera salir a la luz pública ahora?

Aunque Alfaro y Lemus han insistido en que “es un pleito entre particulares”, y el primero subrayó que no interviene en las decisiones del Poder Judicial porque respeta su independencia y autonomía, hay voces que aseguran que la liberación de los jóvenes universitarios se acordó días antes en la Secretaría General de Gobierno con lo que, al mismo tiempo, se “desactivó” una gran movilización universitaria que hubiese desquiciado la zona metropolitana de Guadalajara, amén del “plantón”-campamento que mantenían afuera de Casa Jalisco.

Difícilmente el tema del Distrito Iconia desaparecerá de la discusión pública; por el contrario, seguramente tendrá otros alcances ahora que se ha solicitado la intervención de las autoridades federales que no pueden hacerse “de la vista gorda” con un caso que podría generar un ambiente social nada favorable para el estado y menos cuando entramos a un año políticamente muy intenso. Y aún falta conocer el futuro que les espera a los tres estudiantes que enfrentan su proceso penal en libertad. Las consecuencias en caso de ser declarados culpables son de pronóstico reservado. Es un caso que requiere ser manejado prácticamente “con pinzas”.

Insisto: en el Gobierno de Jalisco no midieron las consecuencias de encarcelar a los tres universitarios y hoy enfrentan las consecuencias. Y en este asunto, el munícipe de Guadalajara no puede hacerse “como que la Virgen le habla”, porque también está en juego su ya de por sí complicado futuro político.

Y si no, al tiempo…