El escenario electoral con que Morena y el presidente Andrés Manuel López Obrador cerraron el año pasado 2020 se les ha modificado drásticamente en lo que va de este 2021 y podría agravarse más en los últimos 15 días que faltan para llevarse a cabo la jornada de acudir a las urnas.

De acuerdo a la encuesta del periódico El Financiero, el 15 de diciembre Morena se iba a festejar las fiestas navideñas, en medio de la pandemia, con la ventaja en 14 de los 15 estados donde habrá relevo de gobernador. Únicamente Querétaro registraba quedar en manos del Partido Acción Nacional.

En aquella fecha, valga aclararlo, aún no se concretaba la alianza partidista Va por México entre el PAN, PRI y PRD, cuya integración se anunció el 22 de ese mes y se registró un día después, antes dela Noche Buena. Por lo tanto, para Morena iba todo “viento en popa”, y las entidades donde llevaba ventaja eran: Baja California, Baja California Sur, Campeche, Chihuahua, Colima, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Nuevo León, San Luis Potosí, Sonora, Sinaloa, Tlaxcala y Zacatecas.

Pero para abril, cuatro meses después, las cosas eran diferentes. Muy diferentes.

De acuerdo al mismo diario El Financiero, la oposición ya integrada en la coalición Va por México, lograba remontar y superar a Morena en estados donde anteriormente iba muy cerca “pisándole los talones”, lo que puso en evidencia que la buena “estrella” presidencial no sólo no iluminaba a su partido sino que era el propio López Obrador la causa de su descenso, por diversas razones que se vieron reflejadas en esta y otras encuestas.

Y vaya si el cambio en las preferencias ciudadanas fue drástico, pues de esos 14 estados en donde Morena iba adelante en diciembre del año pasado, cuatro meses después se redujo a ocho: Baja California, Campeche, Colima, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Tlaxcala y Zacatecas, mientras la competencia se cerró en Nuevo León -ya superado por Movimiento Ciudadano-, Sonora, Chihuahua, Sinaloa y San Luis Potosí, estados en los que Morena se recuperó como Sinaloa, pero en los demás la diferencia entre los candidatos registra empate técnico.

Sin duda una de las causas de esta caída tiene que ver -y mucho- con la intervención de López Obrador en el proceso electoral desde las “mañaneras” y la utilización de instituciones como la Unidad de Inteligencia Financiera y la Fiscalía General de la República como instrumentos de presión y de amenaza en contra de sus adversarios políticos, sin ignorar que sus propios candidatos a las gubernaturas también tienen que ver con ese descenso en las encuestas.

Pero lo anterior no sólo tiene repercusión en la elección de gobernadores sino que alcanza a “salpicar” también la contienda por las diputaciones federales que definirán la integración de la próxima legislatura de la Cámara de Diputados y que es la principal preocupación del presidente Andrés Manuel, pues pretende alcanzar la mayoría absoluta. Sin embargo, está incluso en riesgo que logre la mayoría relativa, pero esta podrían dársela sus partidos aliados.

Cosa diferente es la contienda por las presidencias municipales y las diputaciones estatales, donde son factores locales los que principalmente determinan la ventaja o desventaja de unos y otros candidatos, y poco tiene que ver el panorama federal o nacional.

Así, pues, quedan 15 días para ver si Morena logra recuperar el terreno perdido o pierde más. Si es esto último, es posible que sea la coalición la que gane esos espacios, dejándole muy pocas posibilidades a Movimiento Ciudadano que se negó a unírseles y decidió jugar solo, lo que le valió ser señalado como aliado del lópezobradorismo, cosa que ha insistido en negar.