En Marcatextos no quisimos ser “ave de mal agüero”, pero la realidad nos dio la razón al paso del tiempo: la Alianza Federalista nació para perder, su fracaso fue la constante en su corta vida y su desaparición estaba más que “cantada”, sólo era cuestión de tiempo.

El repertorio de textos que en este espacio escribimos respecto al fracaso asegurado de esta Alianza Federalista de gobernadores rebeldes, encabezados por Enrique Alfaro Ramírez y secundado en busca del liderazgo por el chihuahuense Javier Corral fue basto:

El desdén de Amlo a gobernadores aliancistas (08/09/202); Alfaro y la Alianza: A la Corte vs López Obrador (13/10/2020); La Alianza Federalista… está “enferma” (23/10/2020); Alfaro, la Alianza y sus “palos de ciego” (03/11/2020) El fracaso de Alfaro y los rebeldes (04/11/2020); Alfaro y los “rebeldes”, ¿el principio del fin? (05/11/2020); Alianza Federalista: Su fin, enmedio del fracaso (01/03/2021); Alfaro a la Alianza: nada contra la Fiscalía General (30/03/2021); y Cabeza de Vaca, primera baja de la Alianza Federalista (29/04/2021); y Alianza Federalista: crónica de una muerte anunciada (20/07/2021).

Los gobernadores que creyeron que podían enfrentarse al poder de Andrés López Obrador fueron:

Martín Orozco Sandoval, de Aguascalientes; Javier Corral Jurado, de Chihuahua; Miguel Ángel Riquelme Solís, de Coahuila; José Ignacio Peralta Sánchez, de Colima; José Rosas Aispuro, de Durango; Diego Sinhué Rodríguez Vallejo, de Guanajuato; Silvano Aureoles Conejo, de Michoacán; Jaime Rodríguez Calderón, de Nuevo León; Francisco Javier García Cabeza de Vaca; y Enrique Alfaro Ramírez de Jalisco, quien siempre fue visto como el líder del grupo, no obstante que alguno más de ellos quiso disputarle ese liderazgo y no obstante que en ocasiones el jalisciense quiso pasar desapercibido y mantener un bajo perfil. Pero López Obrador siempre tuvo registrado quien encabezaba a los “rebeldes”.

Bueno, pues en ausencia -¿premeditada?- de Enrique Alfaro, la Alianza Federalista dio su último “suspiro” nada menos que a los pies del propio presidente López Obrador al que pretendieron enfrentar, y en su tierra natal, Tabasco. Los pocos gobernadores que formaron parte de este grupo opositor, terminaron por claudicar y doblegarse ante quien pretendieron combatir. Eso lo sabía Alfaro y quizás por eso -entre otros motivos- decidió irse de vacaciones a Europa, para no tener que pasar la vergüenza de la derrota que debió de haber sido dolorosa por la apuesta que había hecho en esta Alianza.

Las declaraciones del gobernador de Guanajuato, Diego Sinhué Rodríguez -otro de los grandes aliados de Alfaro, quien no tuvo empacho en traicionarlo con el caso de la presa El Zapotillo-, fueron demoledoras y pintó de cuerpo completo lo que terminó siendo la Alianza Federalista. Dijo:

“La Alianza Federalista está un poco desdibujada; muchos (gobernadores) ya se fueron, otros, los que estamos, no sabemos si estamos o ya no estamos, (no sabemos) qué pasó con esa Alianza…”.

Así de desorientados estaban los gobernadores que quedaron en la Alianza, y es que después del proceso electoral varios de ellos entregaron el cargo y los demás advirtieron su verdadera realidad: no eran nada. Eran débiles. Y ya para entonces, Enrique Alfaro se había “entregado” al presidente López Obrador. Perdieron la brújula y, como dijo Diego Sinhué, ya no sabían si estaban o no en la Alianza.

Y luego el gobernador de Guanajuato dejó entrever que la integración de la Alianza Federalista no tenía como objetivo el beneficio de sus estados sino de crear un grupo opositor político a López Obrador, pues reconoció que “lo que es cierto es que estamos aquí reunidos (en Tabasco) con el presidente porque nos interesa mucho ver por nuestros estados, y obviamente por el país”.

Ya el tres de noviembre del 2020, en mi entrega Alfaro, la Alianza y sus “palos de ciego”, advertíamos la triste realidad que ahora reconoció el guanajuatense. Aquella vez, escribimos:

“Desde que se creó esta Alianza Federalista ha dado “palos de ciego”. Un día amenazan con salirse del Pacto Federal y otro solamente del Pacto Fiscal; un día “revientan” contra López Obrador y al día siguiente aclaran que no quieren pelear ni enfrentarse con el gobierno federal. Y así andan, sin rumbo, sin concretar con solidez una propuesta seria que merezca ser atendida en Palacio Nacional, donde los “moditos” alfaristas no son bien vistos”.

Si bien su objetivo era político y tenía como fin enfrentarse al presidente López Obrador, nunca encontraron la ruta para lograrlo con éxito. Pero el presidente sabía de la debilidad de estos gobernadores y nunca los tomó en serio, nunca los recibió en bloque como tampoco lo hicieron los demás miembros del gabinete; vamos, ni siquiera la entonces secretaria de Gobernación Olga Sánchez.

La Alianza Federalista fue otro capricho de Alfaro y de los otros nueve gobernadores que la integraron. Pero su fracaso fue rotundo, de manera vergonzosa y ridícula: a los pies de López Obrador, en su tierra natal, Tabasco, y con uno de sus líderes “en huida” por el Viejo Continente.