Momentos antes de iniciar ayer la video sesión del Senado, la senadora de Morena, María Mercedes González, compartió con sus colegas de todos los partidos que ya estaban conectados el siguiente mensaje:

“Monreal nos dijo a la senadora Antonia Cárdenas y a una servidora que les hiciéramos este comunicado: que al presidente le interesa mucho, en este caso comentó, los estados de Jalisco y Nuevo León… bueno, todos los estados…”.

En ese momento la interrumpió su compañera Mónica Fernández y le dijo: “María Mercedes, creo que estás en el chat de todo el Senado de la República, están senadores de todos los grupos parlamentarios y tu mensaje está dirigido solamente al grupo parlamentario de Morena. Yo creo que ese mensaje podrías transmitirlo en otro espacio”. -Ah, sí, sí, tienes razón, tienes razón…”.

Más tarde, la senadora González declaró a los reporteros que se refería al presidente del partido, Mario Delgado, y no al presidente de la República, López Obrador. Pero, además, aseguró que tampoco había hablado de ese tema con su coordinador Ricardo Monreal sino con su dirigente nacional.

Dice el dicho que “palo dado ni Dios lo quita…”.

Yo me quedo con la primera versión: que es a López Obrador a quien le interesan los estados de Jalisco y Nuevo León, y que dicho mensaje se los hizo su coordinador Monreal. Lo que queda a la imaginación es saber si fue el propio Andrés Manuel o Mario Delgado quien le transmitió ese interés presidencial.

Creo que la interrupción a tiempo de la senadora Fernández evitó que nos enteráramos del resto del comunicado, que queda también a la imaginación de cada quién. Pero quedémonos únicamente con lo que escuchamos. Y en este sentido, preguntó: ¿Es incorrecto o ilegal que el presidente López Obrador -en este proceso electoral-, tenga interés particular en estados como Jalisco y Nuevo León? ¿Extraña que Andrés Manuel ponga interés en un estado cuyo gobernador se ha mostrado desde 2018 como su principal crítico y adversario a través de un discurso de confrontación, formando parte de un bloque de gobernadores antilópezobradorista que amenazó con romper el Pacto Federal, primero, y el Pacto Fiscal, después? ¿De veras sorprende que López Obrador tenga como uno de sus principales pendientes -quizás hasta personal-, el que su partido Morena gane en Jalisco?

López Obrador no sería el primer presidente de la República que intervenga “tras bambalinas” en un proceso electoral. Todos lo han hecho. Todos. Y todos han puesto especial interés en determinados estados. Hoy a Andrés Manuel le interesa Jalisco, y luego de escuchar a la senadora María Mercedes, concluimos que por ello no son coincidencias las visitas primero de Mario Delgado y posteriormente la de Ricardo Monreal, así como la estancia permanente de Yeidckol Polevnsky y de José Narro. Y lo que falta en el último mes de campaña.

Lo que habrá que ver es si todos estos emisarios han operado con efectividad para satisfacer el interés presidencial y entregarle en “urna” -no en bandeja- de plata la “cabeza” del alfarismo, o fracasarán en su intento para frustración del presidente López Obrador y regocijo del gobernador Enrique Alfaro y compañía.

Otro punto a atender es saber si la operación del morenismo en Jalisco transcurre conforma a las reglas del juego establecidas dentro de la legalidad o si se aprovecharán de las ventajas que da tener el gobierno federal, lo que también puede suceder desde el Ejecutivo estatal donde estaría operando todo el poder del Estado a favor de su partido, particularmente para retener en sus manos la capital Guadalajara, la mayoría del Congreso del Estado y el mayor número de diputados federales.

Así como López Obrador tiene interés en Jalisco, Alfaro Ramírez tiene interés en Guadalajara, quizás Zapopan, Tlajomulco, por supuesto, y demás municipios de la zona metropolitana, así como por el Poder Legislativo estatal. Y en ambos casos no hay nada de malo, mientras se conduzcan, insisto, dentro de las reglas del juego, incluyendo la famosa “guerra sucia” que unos y otros denuncian que hay en su contra.

Así, pues, no me sorprende que López Obrador tenga sobre su escritorio subrayado el nombre de Jalisco, aunque aquí no esté en juego la gubernatura. Lo he dicho en reiteradas ocasiones: Jalisco está en la mira del Presidente, y en este proceso electoral no podía ser de otra forma.

Vamos a esperar, pues, para saber si sus operadores le entregan buenas cuentas o le quedan a deber.

Al tiempo…