Julio César Hernández
No sólo se fueron juntos a Cuba en el mismo avión privado, sino que al parecer Enrique Alfaro Ramírez y Tomás Figueroa Padilla tienen al mismo asesor o consejero, pues con apenas un día de por medio ambos cambiaron la actitud altiva y con algo de soberbia que asumieron el día en que se hizo público dicho viaje.
El viernes por la tarde, Figueroa Padilla emitió un comunicado de prensa en el que da una disculpa pública y reconoce que hizo mal en haber hecho el viaje acompañando a quien aspira a ser gobernador, mientras que ayer Alfaro Ramírez por fin reconoció que cometió un “error político” al haber ido a Cuba nada menos que con dos integrantes, uno de ellos el propio presidente, del órgano que se encarga de organizar las elecciones.
Tanto Tomás Figueroa como Enrique Alfaro han reiterado que no incurrieron en ninguna ilegalidad, y eso es cierto, pero el error político en que ambos incurrieron tiene alcances más allá de un “mea culpa”, pues la imparcialidad tanto de Figueroa como del consejero Víctor Hugo Bernal será puesta en entredicho, así actúen de manera correcta.
El perdedor o el afectado  de las decisiones del Instituto Electoral siempre recurrirá a este viaje -que no ha sido el único, pues trascendió que hace seis meses hicieron otro junto a Las Vegas-, para argumentar las decisiones en su contra.
Y las decisiones del resto de los integrantes del Instituto se verán también afectadas como ya sucedió con el hecho -de acuerdo a lo declarado por el consejero Nauhcatzin Bravo Padilla a 1070 Radio Noticias-, de que se retiró de la orden del día para la sesión del próximo martes la aprobación o rechazo del registro de algunas agrupaciones políticas, entre ellas Alianza Ciudadana que promueve la candidatura de Alfaro a la gubernatura.
Tanto Alfaro como Figueroa apuestan a que una disculpa y el reconocimiento de que se cometió un error político “entierren” un caso que aparecerá como “espada de Damocles” cuando el Instituto Electoral aborde asuntos que tengan relación alguna con Alfaro Ramírez, ya sea para bien o para mal.
Pregunto: ¿El posible reconocimiento a Alianza Ciudadana estará ajeno a este dichoso viaje?
Lo menos que piden sus detractores es que Tomás Figueroa y Víctor Hugo Bernal se excusen de intervenir en asuntos donde existe relación directa o indirecta con Enrique Alfaro. ¿Lo harán o se “montarán en su macho” de que la disculpa de uno y el silencio del otro son suficientes?
Esta historia, continuará.