Mientras las cúpulas empresariales de Jalisco salieron el martes muy valientes a anunciar que “rompían relaciones” con su máxima representación nacional, el Consejo Coordinador Empresarial, y expresar que “el CCE no representa ni incluye la visión y la realidad particular de Jalisco”, este organismo convocó ayer, ante la cerrazón del gobierno lópezobradorista, a un Acuerdo Nacional a Favor de México.

Pero es importante destacar que este “rompimiento” fue una farsa montada por los dirigentes empresariales de Jalisco -“cilindreados” por quién sabe quién-, porque ellos no están representados directamente en el CCE, sino los organismos nacionales a los que ellos están adheridos; o sea, ni la Coparmex Jalisco, ni el CCIJ, ni la Canaco Guadalajara pertenecen al Consejo Coordinador, sino la Coparmex nacional, la Concamín y la Concanaco, por ejemplo.

O sea, Mauro Garza debió de haber desconocido a la Coparmex que encabeza Gustavo de Hoyos; Rubén Mazayi González a la Concamin; Xavier Orendaín a la Concanaco, y así los demás dirigentes empresariales que ayer salieron ante los medios de comunicación a anunciar su supuesto desconocimiento del CCE como su representante frente al presidente López Obrador.

Carlos Salazar Lomelín representa a los dirigentes de los organismos privados nacionales, no a los que encabezan los estatales.

Otra parte de esta farsa fue el incluir en el “desconocimiento del CCE como su representante” a los dirigentes de las centrales obreras de Jalisco, porque ni la CTM ni la CROC ni la CROM y ningun otro sindicato pertenecen a ese organismo empresarial. Los sindicatos estaban aglutinados anteriormente en el Congreso del Trabajo; hoy ya ni sabemos quién los representa ante el gobierno federal.

Sí, es cierto, aquí su anuncio obtuvo espacios en las primeras planas de los periódicos locales, pero quizas en la Ciudad de México lo único que ganaron fue que se rieran de ellos y que los ignoraran pese a su envalentonada actitud.

Pero los “cúpulos” jaliscienses, muy fieles a su costumbre, creyeron que la única solución a los problemas que enfrenta el sector privado en el país por la emergencia sanitaria del Covid-19 estaba en Palacio Nacional, y concretamente en la voluntad del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Si, es cierto, el Gobierno Federal era la primera instancia a la que se tenía que recurrir para hacer frente de la mejor manera a la emergencia económica provocada por este virus, porque como bien lo dijo Salazar Lomelín refiriéndose al gobierno de la 4T sin mencionarlo, “no se ha entendido la dimensión, desde el punto de vista económico, del impacto negativo que esta pandemia causará en las empresas”.

Pero las cúpulas de la IP local creyeron que la reacción de Salazar Lomelín ante el Programa Emergente para el Bienestar y el Empleo para México debió de haber sido “romper lanzas” con López Obrador o declararle la “guerra”, y quizás por eso, “ofendidos”, declararon que el “CCE no representa ni incluye la visión y la realidad particular de Jalisco”.

La verdad es que los “cúpulos” empresariales de Jalisco resultaron muy berrinchundos, tienen la piel muy delgada o se dejan “calentar” muy pronto y asumen una actitud y lenguaje de enfrentamiento, de confrontación, como si les urgiera estar en la misma sintonía que el gobierno de la “Refundación”.

Pero se toparon con una sorpresa. A diferencia de lo que ellos esperaban -que todo les cayera del gobierno-, el CCE demostró que tenía un Plan B, sabedores de que el Programa de AMLO no los incluiría ni sus propuestas serían tomadas en cuenta, y es así que convocó a este Acuerdo Nacional que contempla particularmente un apoyo a las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPyMEs), como la mayoría que existen en Jalisco, y del cual comentaré en otra entrega.

Por lo pronto, los “cúpulos” darán a conocer hoy al mediodía, en las escalinatas del Hospicio Cabañas, “los pormenores de la estrategia y caminos que habrán de seguir, tras la separación del Consejo Coordinador Empresarial en la representación con el Presidente de la República.

Hay que esperar para conocer estas “estrategias y caminos”, y confirmar si los micro, pequeños y medianos empresarios que hoy sufren las angustias de perder sus negocios, se suman a sus apoyos o deciden aceptar el Acuerdo Nacional del Consejo Coordinador Empresarial.

Al tiempo…