Los políticos y gobernantes, de todos los colores y sabores, nos tienen acostumbrados a que gustan de combatir la corrupción con discursos, con palabras, con buenas intenciones, y cuando llegan al cargo, concretamente del Ejecutivo, normalmente terminan por actuar en contra de funcionarios menores o “chivos expiatorios”, a crear Fiscalías Anticorrupción y y otros organismos que sólo son una carga para el erario, creyendo que con eso ya desterrarán la corrupción, pero generalmente nunca cumplen con hechos sus promesas de campaña en esta materia.

Contra esta costumbre, anteayer el gobernador de Nuevo León, Samuel García Sepúlveda, con apenas seis meses en el cargo, decidió dar un “golpe de timón” y su Fiscalía arrestó al ex gobernador Jaime Rodríguez Calderón, “El Bronco”, por presuntos delitos de desvío de recursos públicos en materia electoral, aunque también se pretende imputarle el de abuso de autoridad más, los que se acumulen.

Como senador, García Sepúlveda presentó denuncia en contra de “El Bronco” cuando éste era ya candidato independiente a la presidencia de la República, acusándolo de haber utilizado recursos humanos y económicos del erario para la recolección de firmas que le permitieran lograr el registro como candidato. Dicha denuncia durmió en la Fiscalía de Jaime Rodríguez el “sueño de los justos”. Pero nunca se imaginó “El Bronco” que su denunciante llegaría a sucederle en el cargo y que desde ahí reactivaría aquella denuncia que el martes pasado terminó en su aprehensión en su rancho de Ciudad Terán, Nuevo León.

¿Midió Samuel García el paso que daba a tan temprana hora de su gobierno? Apenas lleva seis meses y le restan seis meses más y cinco años para concluir su gobierno. O sea, en política el tiempo “es oro” y se convierte en el mejor aliado o en el peor adversario de un político o un gobernante, de acuerdo al manejo que se sepa hacer de él.

Hasta el momento, las reacciones de esta detención no se centraron en el gobernador Samuel García por decidirse a dar ese inédito y expedito paso de detener a su antecesor, sino en el propio detenido, no por su calidad de ex gobernador de reciente salida sino por aquella famosa frase que pronunció durante el debate entre candidatos presidenciales, que -de ganar- presentaría al Congreso una iniciativa para “mocharle” las manos a los políticos y gobernantes corruptos, porque eso era lo que se merecían y lo que pedía la gente. Ese fue el hecho que se apoderó de los espacios en los medios de comunicación.

La denuncia en contra de Jaime Rodríguez señalaba que para recolectar las firmas necesarias para alcanzar su registro como candidato independiente a la presidencia de la República, utilizó 500 burócratas en horario laboral, Meses después, la sala especializada del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación confirmó el desvío de recursos y notifico al Congreso del Estado, al tiempo de que el Instituto Nacional Electoral encontró un esquema de triangulación de recursos.

Tras la detención de “El Bronco”, Samuel García escribió en su cuenta de Twitter: “Ser incorruptibles empieza por no robar, por castigar a los que robaron y desviaron el dinero de Nuevo León a sus campañas. Y aquí ya empezamos”. Poco después, en la misma red social, el Mandatario neolonés subió un video con un mensaje: “La muestra de que somos un gobierno incorruptible es que quien la hizo la paga, quien robó o desvió recursos públicos a sus amigos, a sus sobrinos, a sus favoritos o a sus campañas, va a ir a la cárcel (…), porque ya basta que jueguen y saqueen a nuestro estado…”.

Este “golpe de timón” cuando su gobierno aún es muy joven, significa que García Sepúlveda y sus asesores analizaron y midieron las consecuencias y repercusiones a corto, mediano y largo plazo, y que le apuesta a que su administración, a que sus colaboradores del gabinete legal y ampliado, no incurrirán en actos de corrupción que pudieran revertírsele como “boomerang” en tiempos en que la lucha por la sucesión presidencial de 2024 estará en todo su apogeo.

Samuel García asegura que con la detención de “El Bronco”, al decir que “el que la hizo, la paga”, su gobierno es incorruptible, apuesta por demás riesgosa y aventurada no sólo porque apenas comienza su sexenio sino porque sería tanto como apostar porque ningún funcionario de su gobierno, ya sea mayor o menor, incurrirá en actos de corrupción. Una escena similar la protagonizó quien hoy se encuentra en el reclusorio que él mismo construyó y quien al asumir el gobierno de Nuevo León no sólo recurrió el discurso de combate a la corrupción sino que también metió a prisión a un exgobernador, su antecesor, Rodrigo Medina… por espacio de 16 horas.

“El Bronco” ya duró más tiempo arrestado que Medina, y el gobernador regiomontano le apuesta a que los delitos que le fincan serán determinantes para que no sólo enfrente su proceso en la cárcel sino que se quede en ella el tiempo que determine el juez como pago por los delitos cometidos. Pero, ¿y si el asunto toma otro rumbo? ¿Si por alguna razón o triquiñuela tan común en estos casos, Jaime Rodríguez queda en libertad? Las dos posibilidades caben en este momento, y sin duda eso lo midió el joven Mandatario.

Si la denuncia que Samuel García presentó contra “El Bronco” termina con una sentencia de años de cárcel para el ex gobernador, aquel se irá “a las nubes” y sus bonos políticos llegarán hasta “los cuernos de la luna” colocándolo como el más serio prospecto a ser candidato presidencial de su partido Movimiento Ciudadano. Pero, ¿y si no? Su carrera política podría terminar ahí o terminar convertido en uno más de los muchos políticos que llegan al poder y se estancan. La gubernatura de Nuevo León podría ser su “debut y despedida” en las grandes ligas.

No es vano el ex gobernador Vicente Fox Quesada escribió el siguiente tuit a pocas horas de la detención de “El Bronco”: “Más marranadas, canibalismo puro: Bronco a Medina… El chamaco a Bronco. Aguas ‘chamaco’ estás muy joven para meterte entre las patas de los caballos!!”.

Samuel García, pues, lanzó su apuesta a muy temprana hora y se fue en contra de su antecesor. La moneda está en el aire, y no será pronto cuando veamos las consecuencias de sus actos, ya sea que “El Bronco” se quede o no en la cárcel.

Al tiempo…