Los partidos Acción Nacional, Revolucionario Institucional y de la Revolución Democrática formalizaron días atrás la coalición parcial electoral denominada “Va por México”, mientras que el partido Movimiento Ciudadano, que en 2018 se benefició de su alianza con el PAN y PRD y ganó, por ejemplo en Jalisco, alcaldías diputaciones locales y federales, hoy los desprecia porque “ya le fallaron a México”.

La gran pregunta que propios y extraños plantean es: ¿”Va por México” es la fórmula correcta para evitar que Morena, el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador, obtenga nuevamente la mayoría legislativa en la Cámara de Diputados en el 2021?

Y planteo otra: ¿Los militantes del PAN, del PRI y del PRD mayoritariamente están a favor de esta coalición parcial y votarán “a ciegas” por los candidatos postulados por sus respectivos partidos, no obstante que para el blanquiazul y el partido del sol azteca el tricolor fue el partido responsable de todos los males habido y por haber en México por más de 70 años?

Si ya en su momento se cuestionó aquella alianza entre los dos polos opuesto como son el PAN y el PRD -derecha e izquierda-, ahora más escandalosa es ésta en la que integran al PRI, causa principal de la fundación de estos dos partidos de oposición -aunque en el caso de Acción Nacional fue contra el Partido de la Revolución Mexicana, antecesor del Revolucionario Institucional-, dejando a un lado su ideología, sus principios y sus programas de acción con tal de imponerse electoralmente al partido del gobierno.

Insisto en que una alianza como esta de “Va por México” no es garantía de que logrará su objetivo, porque no parece representar lo que la mayoría de ciudadanos en México quiere, esta coalición no responde a un clamor de los mexicanos; vamos, ni siquiera es resultado de la petición de sus propias militancias. No, esta coalición se crea por los intereses de las dirigencias de estos tres partidos y del impulso y promoción de una parte del sector privado en el país que, a decir verdad, vela también por sus propios intereses.

Así, pues, ahí esta esta extraña mezcla de ideologías apostándose como la mejor opción para ganarle a Morena en las próximas elecciones, mientras que un solitario Movimiento Ciudadano deambula presentándose como el “puro y casto” de estas elecciones cuando en 2018 no tuvo pudor alguno para, con el propósito de lograr sus objetivos, “matrimoniarse” con aquellos que hoy acusa de que “ya le fallaron a México”.

Por eso creo que no están muy equivocados aquellos que afirman que la mayor fortaleza de Morena es… la oposición que tiene enfrenta.