¿Por qué renunció como titular de la Secretaría de Economía, Tatiana Clouthier Carrillo? ¿Por qué si le presentó su renuncia al presidente Andrés Manuel López Obrador desde el pasado 26 de septiembre, fue diez días después cuando se le aceptó? ¿Por qué el presidente le negó el abrazo y continuó aplaudiendo cuando su ahora ex colaboradora se acercó a despedirse de él y lo abrazó? ¿Por qué salió de Palacio Nacional sin la compañía de nadie, como si nunca hubiese formado parte del gabinete del gobierno de la 4T? ¿Por qué la soledad en ese momento y posteriormente cuando fue captada en la sala del aeropuerto de la Ciudad de México? ¿Por qué decidió dejar la capital del país inmediatamente después de que se hizo pública su renuncia?

Éstas y muchas preguntas más dejó abierta Tatiana Clouthier tras su salida del gabinete lópezobradorista y que se hizo pública en la rueda de prensa “mañanera” de ayer en la que López Obrador no sólo le negó el abrazo de despedida sino que la hizo que ella misma leyera el “escrito” que le envió anunciándole su renuncia. Ahí se notó la frialdad del presidente para con quien fue su vocera en campaña, imagen que contrastó, por ejemplo, con la que vimos cuando anunció lo mismo de quien fue su secretaria de Educación, Delfina Gómez, quien renunció para ser candidata de Morena al gobierno del Estado de México.

Una misma escena -la renuncia al cargo-, dos reacciones diferentes. Tatiana hizo enojar al Presidente.

Tatiana negó que fuera una renuncia abrupta porque la presentó desde el 26 de septiembre, pero las razones por las que lo hizo no son muy claras. “Razones personales”, dijo el presidente López Obrador, pero resulta coincidente que días antes de ese lunes 26, la ahora ex secretaria de Economía se manifestó en contra de la participación del Ejército en tareas de seguridad pública, en diversas entrevistas que concedió a medios de comunicación de cobertura nacional. “El Ejército no debería jugar rol de seguridad”, le declaró al periódico Excelsior el 13 de septiembre, la misma declaración que hizo en diversos noticiarios radiofónicos por esos mismos días.

Hay quien asegura que eso molestó al presidente Andrés Manuel, lo mismo que algunas opiniones que la conocida “Tía Tatis” hizo en reuniones privadas sobre la actuación presidencial, y que eso desató la ira en Palacio Nacional al grado de que le fue solicitada su renuncia. Esta versión es creíble ante el ambiente que rodeó el anuncio de su salida del equipo y que “coronó” el abrazo negado del Presidente.

López Obrador dijo en la “mañanera” que Tatiana le comunicó “que desea retirarse del gobierno, no así de la lucha por la transformación…”, mientras que al hacer uso de la palabra ahí mismo, Clouthier Carrillo declaró que “me tocó jugar en las grandes ligas y uno debe saber cuándo debe retirarse. Me paso a la porra donde seguiré con ánimo al equipo…”.

¿De veras alguien le creerá a Tatiana eso de que “uno debe saber cuándo debe retirarse”? Y es que haya sido el 26 o haya sido ayer cuando le presentó su renuncia al Presidente, lo trascendente es la razón por la que lo hizo, pues nadie en su sano juicio puede coincidir con que era el momento indicado para que la ex secretaria de Economía abandonara “el barco” de la 4t.

Por otro lado, resulta revelador lo que su hermano Manuel Clouthier dijo en sus redes sociales sobre la renuncia de Tatiana: “Finalmente hay dignidad! Debe haber sido una decisión muy difícil, pero aplaudo que se haya desmarcado de este gobierno incongruente…”. ¿Desmarcado? ¿O sea que contra lo dicho en la “mañanera”, Tatiana Clouthier se “desmarca” de la 4T y su hermano se encarga de augurar un rompimiento con el gobierno lópezbdorista?

O sea, para Manuel Clouthier la renuncia de su hermana es un “desmarque”, un alejamiento, un hacerse a un lado del gobierno de la cuarta transformación. No la ve ya en ese proyecto al salir de escena.

Así, pues, por como se dio la aceptación de la renuncia, podemos concluir que fue un rompimiento como varios más de quienes fueron cercanos colaboradores de López Obrador en campaña y en el gobierno. Y eso, no es un buen augurio. Tatiana hizo enojar al Presidente.