Hoy muy temprano, a las ocho de la mañana, los diputados integrantes de la Comisión de Seguridad y Justicia, que preside Enrique Velázquez, sesionarán para abordar el tema de la elección de los nueve magistrados y un consejero de la Judicatura, que media hora después -programada para las 8:30-, habrá de discutir y aprobar el pleno del Congreso del Estado.

En su momento, aquí en Marcatextos revelé un listado de nombres de entre quienes presuntamente saldrán designadas las cinco mujeres y los cuatro hombres como nuevos integrantes del Supremo Tribunal de Justicia, así como el consejero de la Judicatura, y de quienes supuestamente están detrás de ellos como patrocinadores o promotores. Otros les llaman “padrinos”.

Diversos analistas, expertos y especialistas en la materia, han reclamado y exigido que los diputados elijan a los mejores perfiles para ocupar dichas magistraturas, que se tome en cuenta el análisis curricular que realizó el Comité de Participación Social (CPS) del Sistema Estatal Anticorrupción, que se consideren los mejor calificados por el Ceneval y quién sabe cuántos cumplimientos más de los requisitos que se inscribieron en una convocatoria que a final de cuentas los legisladores se encargan de ignorarla.

Esto sucedió en la reciente elección de consejeros de la Judicatura, ante la cual los integrantes del CPS se “rasgaron las vestiduras” y presentaron quién sabe cuántas denuncias, además de aprovechar el tema para promocionarse mediáticamente al grado de que irrisoriamente hubo colegas que los consideraron como adalides de la democracia y de la anticorrupción.

¿Y qué sucedió? Nada. Los consejeros están disfrutando de sus cargos cumpliendo con las tareas encomendadas para las que fueron designados, mientras que los diputados, después de algunos corajes y “apretones” que dieron a algunos integrantes de dicho Comité, ahí siguen campantes a punto de concretar otro proceso que nada nos garantiza será diferente a los que en casos similares han llevado a cabo.

Los diputados cumplirán con el acuerdo que ha guiado -en esta y en las Legislaturas anteriores-, su actuación cuando de designaciones se trata: primero las “cuotas” y los “cuates”. ¿O de veras creen que ahora será diferente? ¿Alguien puede garantizar que el partido en el gobierno, Movimiento Ciudadano, no se llevará la mayor tajada del “pastel” Judicial y que repartirá rebanadas menores a sus aliados en estas tareas? Así lo hicieron el PRI y el PAN cuando gobernaron Jalisco, ¿por qué no habrá de hacerlo Movimiento Ciudadano? Todos son cómplices.

Lamentablemente en esta “tarea sucia” algunos magistrados son víctimas y están a merced de quienes deciden y reparten, por ejemplo, el presupuesto que les corresponde, mientras que otros simplemente son los aliados que los partidos políticos tienen incrustados en el Poder Judicial para ejecutar y cumplimentar, entre otras, decisiones como éstas: elegir a sus iguales de acuerdo a las instrucciones de los otros dos poderes.

¿Y saben por qué los diputados terminarán designando a los nuevos magistrados que ellos ya decidieron, ya se repartieron, independientemente del resultado que hayan arrojado los exámenes o cuantas evaluaciones se les hayan aplicado?

Muy sencillo: Se atienen a la facultad que les otorga la Constitución sobre la “soberanía” en la toma de decisiones como es la elección de los magistrados y consejeros del Poder Judicial. Tomada la decisión, no hay poder humano que se las modifique. Ni un Juzgado y ni un Tribunal. Su decisión es soberana y a ello se atienen.

Después de la elección, los inconformes podrán salir ante los medios otra vez a “rasgarse las vestiduras”, a dar “gritos y sombrerazos”, a “patalear y manotear”, a condenarlos, a decirles cuantos calificativos vengan a su mente, incluso manifestarse si quieren, pero nada cambiará la decisión tomada.

Ojalá y me equivoque -nada me daría más gusto-, pero reitero: Primero las “cuotas” para los “cuates”.

Al tiempo…