En vísperas de conmemorar el Día del Trabajo, el presidente municipal de Guadalajara, Jesús Pablo Lemus Navarro, decidió lanzar un “golpe” mediático en contra del secretario de Trabajo, Marco Valerio Pérez Gollaz -uno de los integrantes del gabinete que gozan de toda la confianza del gobernador Enrique Alfaro Ramírez-, al pronunciarse públicamente porque se separe del cargo para enfrentar denuncias por presunto acoso.

Mientras Pérez Gollaz declaró a los medios que el asunto ya había concluido porque no se le encontró responsabilidad alguna, Alfaro Ramírez dijo a los medios que esos eran “chismes” y que él no hablaba de “chismes”. Ayer, incluso, se negó a hablar del tema cuando le preguntaron si le había dado el “espaldarazo” a su secretario del Trabajo.

Ignoramos si Lemus Navarro conoce a fondo de lo que hablaba para pedir la separación de Marco Valerio o solamente se basó en lo que se ha publicado en algunos medios y redes sociales, aprovechándose de este conflicto para desquitarse y quizás tomar venganza del pleito que sostiene con el secretario del Trabajo. Por lo tanto, de acuerdo a lo declarado a los medios de comunicación, el gobernador Alfaro no coincide con, y mucho menos avala, el pronunciamiento del munícipe de Guadalajara. Obviamente, tampoco le pedirá a su colaborador que se separe del cargo.

Al buen entendedor, pocas palabras: un nuevo “encontronazo” entre el Gobernador del Estado y el Presidente Municipal de Guadalajara.

Hay quienes advierten que Lemus es para Alfaro, lo que Alfaro para López Obrador. Hay señales que así parecen confirmarlo.

No se tiene memoria de un presidente municipal que haya pedido la separación de un secretario de Estado ni siquiera por un asunto que tuviera que ver con el desempeño de las responsabilidades de ambos, mucho menos por un tema completamente ajeno a quien se pronunció por la separación del funcionario y, en este caso en concreto, que en nada involucra al ex presidente de la Coparmex.

¿Qué hay detrás de esta declaración de Lemus? ¿Levantar otra “cortina de humo” -como la de ayer con la denuncia contra el magistrado Armando García- para ocultar la noticia de que la Secretaría de la Función Pública solicitó a la Fiscalía General de la República investigue la ilegal y amañada licitación para el arrendamiento de patrullas con sobreprecio por 400 millones de pesos y la falsificación de documentos, como se ha difundido?

Este nuevo “encontronazo” entre Alfaro y Lemus contrasta con lo que Jesús Pablo le declaró al periódico El País, en la entrevista que le concedió el sábado 23 y que fue publicada el pasado martes 26, en la que a la pregunta sobre “¿cómo es su vínculo con el gobernador Enrique Alfaro?”, el munícipe respondió:

“Tenemos una relación desde hace más de siete años, fue él quien me invitó a participar en la política. Evidentemente, no lo puedo negar, tenemos formas distintas de hacer política y esto ha generado diferendos públicos y privados, pero nuestra relación es de comunicación constante, de respeto, de trabajo conjunto, de acuerdo. Esto nos permite tener una estabilidad política no solamente en el área metropolitana sino en todo el estado”.

Pareciera que esta declaración es de Alfaro opinando sobre su relación con López Obrador, pero no. Es de Lemus sobre su relación con Alfaro. Y de lo anterior, surge una frase que debió de inquietar en Casa Jalisco y que obliga una pregunta: ¿De veras, en serio, de una buena relación entre Alfaro y Lemus depende la “estabilidad política” en “el área metropolitana” y… ¡”en todo el estado”!? Así de imprescindible será para el Mandatario estatal tener una “buena relación” con el munícipe de Guadalajara? ¿Acaso hay algo que los jaliscienses no saben?

En la misma entrevista con el diario español para su edición en México, le preguntó: “¿Piensa en ser candidato a gobernador?”. Y ni tardo ni perezoso, dando por hecho de que no sólo será el candidato sino que ganará la elección, contestó: “Por supuesto que sería un grandísimo honor ser el próximo gobernador de Jalisco, y estoy trabajando para ello. Pero, ojo, sin distracciones de Guadalajara”.

Y luego le preguntaron: “¿Enrique lo va a apoyar?”. La respuesta fue: “Yo espero que sí. Es más, estoy seguro que así será”.

¿De veras Jesús Pablo Lemus es el candidato de Enrique Alfaro para que sea el candidato a sucederlo? ¿Ya lo platicaron? ¿Ya lo acordaron? ¿Ya lo “amarraron”? ¿En verdad no existe en Movimiento Ciudadano otro prospecto a ser su candidato a la gubernatura? ¿Sólo existe Lemus Navarro? ¿Qué compromisos existen ya a estas alturas del tiempo, como para que asegure que el gobernador lo apoyará para que sea el próximo gobernador de Jalisco? ¿Fue mera especulación del munícipe? ¿O qué razón existe para afirmar que “estoy seguro que así será” el apoyo del gobernador para que sea gobernador?

A reserva de saber qué lo llevó a afirmar esa seguridad, en los hechos parece no existir relación lógica entre los “encontronazos” de Lemus contra Alfaro como para creer que él es, desde ahora, su candidato a la gubernatura.

Pero, por el momento, al tiempo…