Como si estuvieran “calentando motores” con miras a la gran encuesta a través de la que el partido Morena definirá quién será su candidato o candidata a la presidencia de la República, se ha desatado una verdadera guerra de ovaciones entre los dos verdaderos contendientes: Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno de la Ciudad de México, y Marcelo Ebrard Cassaubon, secretario de Relaciones Exteriores, aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador ha colocado a un tercero en discordia incluído con “calzador”: Adán Augusto López Hernández, secretario de Gobernación.

Este fin de semana se caracterizó por ver quién lograba sumar el mayor número de gritos a coro de: “¡Presidente…! ¡Presidente…!”, que le lanzaron a López Hernández los legisladores de Morena, ante el propio López Obrador, reunidos en Palacio Nacional; “¡Presidenta…! ¡Presidenta…!”, que recibió Sheinbaum en Xochimilco; y “¡Presidente…! ¡Presidente…!”, con que los hidalguenses recibieron a Ebrard.

Definidos por el presidente Andrés Manuel como sus “corcholatas”, porque él sería quien los “destapara” como aspirantes o prospectos a sucederlo, Claudia y Marcelo, y en menor medida Adán Augusto, entraron de lleno a la carrera por la sucesión y cada una de sus acciones y decisiones están contaminadas ya por su ambición de ser el próximo o la próxima titular del Ejecutivo federar, y por ello también encaminadas a sumar adeptos. Pero saben que un error, un simple error, puede sepultar sus aspiraciones.

También saben que en esta carrera sucesoria ya iniciada, es vital para sus aspiraciones mantener la simpatía y el visto bueno del Gran Elector: el actual Presidente de la República, quien por voluntad propia y por, las razones que él considere puede hacer a cualquiera de los tres a un lado de esta carrera.

Y sin duda que un ingrediente más que será protagonista de esta lucha electoral adelantada en Morena será la “guerra sucia”, proveniente de sus respectivos adversarios que cada quién podrá ponerle el nombre que más le parezca o convenga.

Lo vimos en estos días con los extraordinarios “memes” que inundaron las redes sociales con la imagen de Claudia Sheimbaun acelerando el paso para alcanzar a López Obrador y miembros de la Iglesia Católica que caminaban ya adelantados. O con los videos donde se aprecia a la jefa de gobierno de la Ciudad de México parapetada debajo de una lona de un comercio ambulante con la que se cubría de algunos “jitomatazos” que se aseguran le lanzaron en alguna de las colonias de la capital, aunque se asegura que son imágenes de tiempo atrás y no de ahora, con lo que se confirma que en la “guerra sucia” aparecerá todo lo que sea necesario para bajarle bonos al adversario o adversaria.

O aquellas versiones que aseguraban que Marcelo habia perdido ya la candidatura tras los dichos del ex presidente Trump respecto a que el gobierno de México se había “doblado muy fácil” a su petición de que se colocaran gratuitamente a militares en la frontera sur de México para impedir el paso de ilegales cuyo destino es los Estados Unidos, imagen que también se vio en no pocas caricaturas en redes sociales.

En fin. En Morena la carrera por la sucesión presidencial comenzó ya “a tambor bariente”, y todo apunta a que será una lucha “a muerte” entre Sheinbaum y Ebrard, con todos los riesgos que significa que sus acciones y decisiones oficiales estén contaminados con ese objetivo: obtener la candidatura a la Presidencia de la República.

Al tiempo…