Cada vez son más las voces que hacen notar el avance inesperado de Adán Augusto López Hernández en la carrera por la candidatura de Morena a la presidencia de la República, mientras se mantiene la atención en quienes son considerados los dos prospectos finalistas: Marcelo Ebrard Casaubon y Claudia Sheinbaum Pardo, a quienes ahora se les comienzan a ver y destacar sus fallas, sus “resbalones”, sus “tropiezos”, al no contar ya con la “red” protectora que les daba ser secretario de Relaciones Exteriores, el primero, y jefa de Gobierno de la Ciudad de México, la segunda. No hay ahora acto de gobierno que los proteja de sus propios errores como aspirantes presidenciales.

Cierto, es muy pronto para hacer una análisis exacto de lo que cada uno de estos tres aspirantes ha hecho y dicho en apenas dos días de recorrido por diversos estados del país, con lo que difícilmente podríamos pronosticar el destino de cada uno de ellos, pero también es cierto que en apenas estas 48 horas de recorridos sus yerros han sido más notorios. Y frente a esto, López Hernández ha salido airoso aquí en Jalisco el lunes y en Zacatecas y Aguascalientes ayer.

Ante el escenario vale la pena recordar lo que hace ya casi cinco meses referimos aquí en Marcatextos sobre López Hernández, cuando aún era secretario de Gobernación, cuando evitaba confesar que le gustaría ser candidato a la presidencia, cuando advertía que aún no eran los tiempos para hablar de sus aspiraciones, cuando Sheinbaum y Ebrard ya iban muy adelantados en este tema.

En aquella entrega del 30 de enero pasado titulada Adán, y no Claudia, ¿el ‘favorito’ de Palacio?, esto es parte de lo que comentamos:

“¿Es Adán Augusto López Hernández el favorito de Andrés Manuel López Obrador, y no Claudia Sheinbaum Pardo para la sucesión en 2024?

“(…) Alrededor del inquilino de Bucareli han corrido diversas versiones sobre la razón que lo llevaron a subirse a la carrera presidencial junto con Sheinbaum, Marcelo Ebrard Casaubon y Ricardo Monreal Ávila, decisión que se asegura fue alentada desde Palacio Nacional…”.

Y apuntamos algunas de las razones por las que Adán Augusto entró a la carrera por la candidatura presidencial de Morena. Enumeramos:

“Que al cerrarse inicialmente la candidatura en sólo dos aspirantes, Sheinbaum y Ebrard, era necesario tener una tercera opción que, por supuesto, no sería el senador Monreal. Obviamente el objetivo no era sólo tener una carta más, sino contener al Canciller y dejar que corriera más libre la jefa de gobierno de la Ciudad de México.

“Que entró a la carrera para conocer su grado de competitividad y conocer sus posibilidades reales de ser una opción, y que al advertir que fue ganando simpatías con personajes de Morena que comenzaron a manifestarle su apoyo, se puso en marcha una estrategia para que su nombre no sólo fuera conocido como secretario de Gobernación sino como un eventual fuerte aspirante a la candidatura presidencial, de ahí que so pretexto de convencer a los diputados locales de aprobar la iniciativa de que el Ejército se mantuviera en las calles con tareas de seguridad pública, recorriera el mayor número de estados del país, principalmente en los que la 4T y el lópezobradorismo tienen dificultades para entrar, como el caso de Jalisco. Otra estrategia habría sido generar polémica con gobernadores de la oposición como fue el caso de los de Movimiento Ciudadano, Enrique Alfaro y Samuel García. Su nombre ya se conoce en todo el país, como era el objetivo.

“Pero hay un dato que hace la diferencia entre el otro López y Sheinbaum y Ebrard: él ha sido cuidadoso en no manifestarse deseoso de ser candidato y ha contenido a sus simpatizantes de hacer manifestaciones de apoyo como las que se han realizado a favor de los otros dos contendientes. Sí, ha dejado correr la pinta de bardas con la frase “Que siga López, estamos augusto”, pero no ha dejado que ese apoyo se desborde como con Claudia y Marcelo.

“Subrayo: Su prudencia, su capacidad y habilidad política ya puestas de manifiesto en todo el país con gobiernos de Morena y otros partidos, así como los legisladores de las Cámaras de Diputados y Senadores; su capacidad de operación política como en antaño lo efectuaban los secretarios de Gobernación; y quizás convencido de que en aquellos ayeres el inquilino de Palacio de Cobián tenía ventaja sobre cualquier otro miembro del gabinete para ser el candidato a la Presidencia de la República, es lo que hace que a Adán Augusto López Hernández se le considere ser el “favorito” de Andrés Manuel López Obrador”.

Después de lo que vimos el lunes aquí en Jalisco, tierra dominada desde el 2018 por Movimiento Ciudadano, creemos que no hay que perder de vista lo referido en aquella entrega del 30 de enero y recordada en este texto, como tampoco al aspirante Adán Augusto López Hernández.

En una palabra: Hay que seguirle los pasos a López.

Al tiempo…