Mientras todo indica que el partido Movimiento Ciudadano echará “toda la carne al asador” para mantener en sus manos la presidencia municipal de Guadalajara con la reelección de Ismael del Toro Castro -cada vez el camino se aprecia más despejado para que lo logre-, hay señales que advierten, por otro lado, que estaría resignado a perder Zapopan y Tlaquepaque, al entregarle a los actuales munícipes la decisión de quienes serán sus candidatos.

Si bien en Zapopan el escenario aún puede modificarse -dependerá de las últimas decisiones que se tomen-, en Tlaquepaque la suerte parece echada. Del primero comentaremos en la próxima entrega, para referirnos en este espacio al negro panorama que se vislumbra para el alfarismo en la Villa Alfarera ante el error de haber dejado que la alcaldesa María Elena Limón García impusiera a la precandidata en la persona de la directora de Construcción de la Comunidad y ex regidora Citlalli Amaya.

Aún hay muchos que se preguntan qué le debe el gobernador Enrique Alfaro a Limón García como para dejar en sus manos la imposición de la candidata, aunque hay quienes mal piensan que todo puede ser una estrategia, precisamente, para al final decir aquella famosa frase: “¡Ni modo compadre, nos chi…..on!”.

Vale hacer un repaso de lo sucedido en la pasada elección de 2018 para darnos cuenta que sólo un milagro puede hacer que Movimiento Ciudadano siga gobernando Tlaquepaque por otros tres años más:

  1. Fue el municipio de la zona metropolitana que obtuvo la menor votación, y que si no es gracias a la coalición, MC hubiese perdido la elección. Y es que mientras Guadalajara, Zapopan y Tlajomulco lograron alrededor del 40% de la votación -sin alianza-, en Tlaquepaque sólo obtuvieron el 25%, sin contar los votos que logró directamente el PAN.
  2. Entre la elección del 2015 y 2018, la mayoría de los municipios metropolitanos incrementaron su votación -también aumentó la participación ciudadana-, pero sólo en Tlaquepaque disminuyó, pues en la primera lograron 65 mil 851 votos y en la segunda sólo 58 mil 697. O sea, 10 mil 154 sufragios menos.
  3. En la elección pasada, el único distrito que Movimiento Ciudadano perdió en lo federal y local fue el 16, con cabecera en Tlaquepaque.
  4. En este Distrito se aprecia claramente un descenso fuerte a favor de la reelección de la alcaldesa, pues mientras Alfaro obtuvo 53 mil 533 votos, la diputada local logró 40 mil 215, en tanto que María Elena sumó 33 mil 600 votos.
  5. Para MC fue favorable también que el voto de la oposición en 2018 estuvo bastante dividido, pues no hubo una figura en ella que aglutinara ese voto en contra o de castigo, de ahí que es en Tlaquepaque donde se registra el Cabildo más plural de la zona metropolitana si no es que del estado, pues fue el único donde entró un candidato independiente y una regidora del Partido Verde.

En Tlaquepaque observan con escepticismo que Movimiento Ciudadano logre imponerse por tercera ocasión consecutiva con Citlalli Amaya como la candidata de la alcaldesa Limón García, pues advierten una gran inconformidad ciudadana en la cabecera, que prácticamente es la que define una elección.

En las filas emecistas, e incluso en algunos sectores de la ciudadanía, observan que mayor garantía de triunfo se advierte si la dirigencia de Movimiento Ciudadano voltea a ver los perfiles de la diputada federal Celenia Contreras González, o del ex síndico durante el primer trienio, David García. Se apunta que ambos cubren un mejor perfil para la competencia, independientemente de quiénes sean los candidatos de la oposición.

Así, pues, si las cosas se mantienen como hasta ahora, dejarle a María Elena Limón la imposición de la candidata significará prácticamente un “suicidio” para el partido Movimiento Ciudadano. ¿Será que todo está fríamente calculado para eso?

Al tiempo….