En respuesta a la convocatoria lanzada por el movimiento Sí por México -entre cuyos integrantes destacan la Coparmex y Mexicanos contra la Corrupción-, los partidos Acción Nacional, Revolucionario Institucional y de la Revolución Democrática han acordado realizar una gran alianza nacional con miras al proceso electoral del 2021 con un objetivo: arrebatarle al partido del presidente Andrés Manuel López Obrador, Morena, la mayoría legislativa en el Cámara de Diputados.

“Cobijados” por Sí por México, estos tres partidos han decidido emprender una lucha antilópezobradorista y contra la 4T que opera desde el Congreso de la Unión con los legisladores de Morena y sus aliados menores.

¿Por qué el partido Movimiento Ciudadano decidió quedarse fuera de esta alianza? ¿Por qué no quiso sumarse al objetivo de la mayoría opositora en el país para contrarrestar la fuerza del lópezobradorismo en la Cámara de Diputados en los comicios del año próximo? ¿Porque son otros sus intereses por encima de querer descarrilar el proyecto de la 4T para la segunda mitad del sexenio de López Obrador? ¿O por soberbia?

¿O será que su oposición a sumarse a esta alianza antilópezobradorista -así de directa- responde a una estrategia particular del alfarismo de no enfrentarse por esta vía al presidente Andrés Manuel, ante la peculiar y particular pésima relación que tienen él y el gobernador Enrique Alfaro, que se distingue de otras malas relaciones como la que sostiene con el gobernador de Chihuahua, Javier Corral?

Porque no se entiende que, por un lado, el gobernador Alfaro Ramírez y demás colaboradores reclamen a coro que el Ejecutivo federal, a través de la mayoría de sus legisladores de Morena y aliados en la Cámara de Diputados -a los que llamó “traidores” a Jalisco, al referirse a la bancada jalisciense-, le “recorten”, según él, 9 mil 200 millones de pesos al estado para el año próximo y, por el otro lado, su partido Movimiento Ciudadano se niegue a evitar, por la vía del voto, que el partido lópezobradorista obtenga nuevamente la mayoría legislativa en el 2021.

¿O, acaso, será que los emecistas creen que ellos por sí solos, en todo el país, pueden evitar que se concrete esa mayoría morenista en la Cámara de Diputados? Dicen que eso se llama soberbia.

O, por otro lado, ¿esa oposición responde a una estrategia cuyo alcance no advertimos aún y tiene que ver con ir “tejiendo” un plan, todavía desconocido públicamente, para pavimentar el camino rumbo a la candidatura presidencial de Enrique Alfaro para el 2024, y es totalmente ajeno a quién obtenga la mayoría parlamentaria el año próximo?

Sin duda alguna, pues, sólo el partido Movimiento Ciudadano y su líder político, el gobernador de Jalisco, saben a qué juegan y cuáles fichas son las que tienen qué mover. Pero ya llegará el momento en que dejen al descubierto ese juego y entonces, posiblemente, entenderemos muchas de las cosas que hoy hacen y dicen.

Por lo pronto, ante su oposición a sumarse a la alianza antilópezobradorista, la pregunta que dejo al aire es: ¿lo hacen por soberbia,,, o prudencia?

Al tiempo…