Mal cálculo hizo el Congreso del Estado al haber modificado las reglas del juego de la pasada elección ordinaria por la presidencia municipal de Tlaquepaque a las de ahora con las que se realizarán los comicios extraordinarios -luego de que la Sala Superior del Tribunal Electoral Federal anuló aquellos comicios-, con el propósito de impedir la participación nuevamente del candidato de Morena, Alberto Maldonado Chavarín.

Como en muchos otros casos más donde los diputados han violentado flagrantemente la Constitución federal y estatal -sin ninguna repercusión o consecuencia en su contra-, con tal de satisfacer intereses particulares o de grupo, olvidándose que son representantes populares, elaboraron una convocatoria en la que “pos sus pistolas” impiden la participación de candidatos varones al restringirla a la participación únicamente de la mujer.

La inutilidad de los diputados alcanzó también a sus asesores, quienes ninguno por decoro u honestidad han dado un paso a un lado y se han deslindado de la perversidad de para quienes trabajan, pues la ignorancia de uno se refleja en el otro, ignorancia real o simulada.

Ayer en su columna semanal en el periódico Milenio, el analista Javier Hurtado hizo un recuento del articulado que los diputados violaron, comenzando por haber sido ellos los que emitieron la convocatoria, cuando en elecciones extraordinarias es una facultad constitucional que le corresponde al Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC), que, por cierto, ni “pío” dijo ante la actuación del Congreso en este caso.

Hurtado apuntó que se violó el Artículo 24 de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales que señala: “Las convocatorias para la celebración de elecciones extraordinarias no podrán restringir los derechos que esta ley reconoce a los ciudadanos y los partidos políticos”. De igual manera, el Artículo 33 del Código Electoral del Estado que establece que estas convocatorias no podrán “alterar los procedimientos y formalidades instituidos”, así como el Artículo 283 del Reglamento de Elecciones del Instituto Nacional Electoral que señala que “en el caso de elecciones federales y locales extraordinarias” las candidaturas “deberán ser del mismo género que el de las candidaturas que contendieron en el proceso electoral ordinario”.

¿De dónde sacaron los diputados que podían mandar “al diablo” las leyes y hacer las cosas como a ellos mejor les convenía o a quienes les dan las instrucciones a acatar?

Basados en la ley, las instancias electorales respectivas tendrán que darle un severo “jalón de orejas” al Congreso del Estado y obligar a que acaten la legislación, por lo que en este sentido no habrá impedimento alguno para que Alberto Maldonado Chavarín sea nuevamente el candidato de Morena, tal y como lo ratificó ayer su dirigente nacional, Mario Delgado Carrillo, quien reveló que antenoche ya habían impugnado ante la Sala Superior del TEPJF la convocatoria del Legislativo.

De darse todo lo anterior, ahora el “balón” estará en la cancha de Maldonado Chavarín que tendrá que ir contra corriente por el tiempo que se haya perdido en tanto el Tribunal responda a su impugnación si es que no lo hace antes del tres de noviembre cuando oficialmente arranca la campaña y hasta el 17 del mismo mes que finaliza.

Pero no sólo eso, el abanderado morenista habrá de esperar el monto que su partido le otorgará para las actividades de campaña y apostar a que habrá particulares que vuelvan a apoyarlo económicamente con el porcentaje que permite la legislación. Sin duda, el éxito o fracaso de esta campaña dependerá de los recursos económicos y materiales que Morena le apuesta al abanderado para Tlaquepaque, porque apoyo de “saliva” no sirve para nada, no suma simpatizantes y, mucho menos, lleva electores a las urnas. Recuérdese que, además, se requerirán recursos para el día “D”, el día de la elección, el domingo 21 de noviembre, que fue el flanco “flaco” de Morena en las elecciones del pasado seis de junio.

Y, mientras tanto, Movimiento Ciudadano y su candidata Citlalli Amaya deberán de dejar atrás los lamentos por el fallo mayoritario de la Sala Superior del Tribunal y ponerse a trabajar para demostrar que aún les queda “músculo” para una competencia extraordinaria que no estaba en su agenda.

Ahora sí que podríamos decir aquello de que “ya veremos de qué cuero salen más correas”.

Al tiempo…