No debe sorprender que Porfirio Muñoz Ledo se haya sentado ayer a desayunar con el gobernador Enrique Alfaro Ramírez en Casa Jalisco, pues el también fundador del Partido de la Revolución Democrática, además de ser aún militante del partido Morena es integrante del Comité Promotor del partido Movimiento Ciudadano, cuya tarea es “definir objetivos, estrategia, agenda, alcances y actividades”, a decir del dirigente “naranja” Dante Delgado Ranauro.

Todo eso es quien creyó que iba a ser el embajador de México en Cuba y López Obrador lo dejó como “las novias de rancho”, decía el viejo dicho.

Precisamente cuando Muñoz Ledo se sumó a Movimiento Ciudadano, aún como morenista, fue cuando éste partido le otorgó la “Medalla al Mérito Ciudadano Benito Juárez García“, el día en que Alfaro Ramírez asumió la gubernatura -el seis de diciembre-, pero del 2021. En ese evento, el aun morenista explicó su relación con Dante Delgado y MC: “Tenemos una relación muy cercana; yo soy muy partidario de un partido social demócrata y quiero ayudarlos (…). Yo sigo siendo de Morena, miembro, pero ya sabes cómo están los bollos”.

La única ocasión que Muñoz Ledo amenazó con renunciar a su militancia en Morena, fue cuando se promovió la ampliación del período de la presidencia de cuatro a seis años del ministro Arturo Saldivar en la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Ni antes ni después de eso, tras dejar la diputación federal y contender por la dirigencia nacional de su partido que perdió contra Mario Delgado, el guanajuatense “por derecho de sangre” se ha atrevido a dar ese paso de renunciar a Morena donde se ha convertido en un personaje “non grato”.

Fue el propio gobernador Enrique Alfaro quien hizo pública su reunión con Muñoz Ledo a través de sus redes sociales a las que subió la fotografía que acompaña este texto, y en las que se lee: “Me dio mucho gusto desayunar con mi amigo Porfirio Muñoz Ledo, un hombre brillante, con mucho talento, un aliado del federalismo mexicano”. Así nada más. Sólo referencia a la persona de su visitante, pero ni una palabra de los temas abordados, como sí lo ha hecho en encuentros sostenidos con otras figuras políticas.

Quizás en Palacio Nacional y en el mismo Morena ya no les extraña que don Porfirio sostenga encuentros con sus adversarios políticos o arremeta en contra del propio López Obrador y su gobierno, como lo hizo cuando nada menos Alejandro “Alito” Moreno, dirigente nacional del PRI, se reeligió al frente de la Comisión Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (COPPAL), en donde denunció un contubernio entre AMLO y el crimen organizado. Textualmente dijo: “El presidente (…) piensa que puede heredar al siguiente gobierno su asociación con los delincuentes…”.

Pero el “rosario” de “golpes” de Muñoz Ledo a López Obrador y a su gobierno de la 4T es largo: Lo cuestionó por su política migratoria y hacerle un “favor oscuro” a Estados Unidos; por su postura ante la epidemia del Covid y el presupuesto para enfrentarla; por su reforma electoral de lo que declaró: “El que no sabe nada es mi amigo López Obrador. Hay una especie de parálisis histórica, quiere retrotraer las instituciones electorales a la época de Ruiz Cortines cuando era sólo un sistema de estado”, y que por ello convertiría a México en una “cuartotecracia”; además de que no participó en el proceso de revocación de mandato al que calificó como “cantinflesco” y del que aseveró: “yo no me voy a prestar a esta farsa”.

Con este “hombre brillante, con mucho talento” y “aliado del federalismo mexicano” -de lo que nadie duda y todos le reconocen-, se reunió el gobernador Alfaro Ramírez. Sin embargo, para estas alturas del partido, quizás ninguna consecuencia tenga. ¿O sí?

Al tiempo…